La patronal solicita que los contratos indefinidos a tiempo completo puedan transformarse en a tiempo parcial siempre que concurran circunstancias económicas, técnicas, organizativas o de producción. Y eso pese a que las empresas ya disponen de mecanismos para obtener por esas mismas razones una reducción de jornada a través de un ERE temporal.
Para la CEOE rige el principio de que la crisis va para largo y considera que en algunos casos esas reducciones de jornada conseguidas vía ERE se tendrán que hacer con un carácter permanente. Por lo tanto, persigue que los contratos se puedan convertir en a tiempo parcial sin problemas, sin tener que recurrir a despidos o a orquestar todo un Expendiente de Regulación de Empleo.
Con el objeto de tener más flexibilidad con el modelo del tiempo parcial, la CEOE quiere que se amplíen las horas complementarias que se pueden trabajar desde el 15 por ciento al 30 por ciento de la jornada establecida en el contrato. Es decir, a un contrato que fije cinco horas de trabajo al día se le podrá añadir cuando sea menester hora y media.
Por otra parte, la organización que preside Juan Rosell insiste en que se puedan concatenar otra vez los contratos temporales, algo que ya se suprimió en la reforma laboral de Zapatero, precisamente buscando que se mejorase la calidad del empleo y no se abusase de los temporales para todo.
Entre otras cosas, la CEOE aspira a que haya aún más flexibilidad interna, acabar con la ultraactividad de los convenios (su prórroga automática ya fue limitada a un año por la reforma del PP) y que se pueda llevar a cabo más cambios en los horarios, en las funciones o incluso extender los sueldos con complementos variables. Sugiere que se articule un procedimiento sancionador aplicable a los que incurran en el absentismo, y anima a que los médicos de las mutuas sean los que controlen las bajas por incapacidad temporal. En definitiva, la patronal pide un modelo por el que se tendrá que trabajar aún más para ganar todavía menos, algo que también exigen instituciones como el FMI o la Comisión Europea.