Digital Extremadura

EL PLACER DE UNA BRONCA

OPINIÓN
Comparte en redes sociales

Acabo de llegar de casa de mi madre en Olivenza. Fui a buscar el coche al taller donde pasaba la revisión. Es un SEAT EXEO que compré siendo presidente, pero al que me he unido afectivamente después. Ahora cuando viajamos juntos y algunas veces solos, le he vuelto a encontrar lo que tenía aquel Renault Cinco que me acompañó en mi primer destino como Médico Forense en Valencia capital. Juntos cruzamos muchas veces la piel de toro para venir a ver a mi novia a nuestro pueblo. Bueno, pues mi EXEO y yo hoy hemos asistido a una bronca monumental. De entrada digo que con razón. Hace no demasiado tiempo hubo cambios de sentido, prohibiciones, stop y otros en las calles de Olivenza. Las tenía casi todas controladas, menos una. Y hoy metí la pata. Era un tramo pequeño pero nos encontramos un chaval de entre 20 y 30 años y yo frente a frente. La culpa era mía. No paso nada porque estábamos algo lejos y yo apenas si había iniciado mi error. Se bajó del coche y me leyó las generales del momento. Que si la tómbola del carnet, que si el calor afecta a las neuronas a partir de una edad… Me invitó a bajarme y lo hice. Y el bueno de mi paisano me identificó. “Hostin Guille Vara, si eres tu , me he pasao un poco , ¿no? Que va, le contesté, no sabes el placer que me produce tu bronca. Hubo un tiempo en que me las echaban pero no las podía oir. Iba demasiado rápido.
Nos dimos un abrazo y me pidió que no se lo contara a su padre. ¡Anda, si el que se ha equivocado he sido yo!Ya, pero en mi casa te quieren mucho. El placer de una bronca.


Comparte en redes sociales

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *