Este sábado tendrá lugar en las diócesis españolas, una jornada de oración y ayuno por la paz en Siria, Oriente Medio y el mundo, uniéndose a la llamada del Papa Francisco. En algunos lugares, la petición del Santo Padre se hará efectiva a través de diversas Vigilias de oración diocesanas, por lo que muchas parroquias y movimientos han organizado actos y vigilias en esta jornada víspera de la Natividad de María Reina de la Paz.
Unidas también a esta petición estarán muchas delegaciones de misiones, como, por ejemplo, la de Ciudad Rodrigo, que bajo el lema “Vigilia por la paz, unidos al Papa Francisco”, celebrará una vigilia mañana a las 20 h. en la Iglesia de la Venerable Orden Tercera. El obispo de la diócesis, Mons. Raúl Berzosa, quien ha encargado a esta delegación de misiones la organización de este acto de oración, ha elegido precisamente este templo por su carácter “franciscano”, dado que San Francisco es un indiscutible “amigo de la paz y de la reconciliación”. En la celebración habrá momentos para orar ante el Santísimo, escuchar la Palabra de Dios, orar en silencio, cantar… En el centro de la iglesia un mapa del mundo mostrará los países en guerra. Los participantes en la Vigilia podrán depositar una vela, encendida en el cirio pascual, sobre alguno de esos puntos, pidiendo que la luz de Cristo ilumine las tinieblas de esos pueblos. “Tendremos como intercesora a la Virgen de la Peña de Francia, en la víspera de su fiesta solemne y, sin duda, también estarán presentes en nuestra oración tantos y tantos misioneros que en muchos rincones del mundo son testigos directos y víctimas de la violencia y de los conflictos armados”, señala el delegado de Misiones José María Rodríguez-Veleiro.
Obras Misionales Pontificias se une también a esta llamada, “en la certeza de que podemos sostener los brazos abiertos del Papa al Dios de la misericordia para que remueva los corazones de lo que se obstinan en responder con la violencia contra quienes siguen sin respetar la vida. La invitación del Papa Francisco a orar intensamente por la paz ha promovido en la familia de los misioneros y misioneras españoles, repartidos por el mundo, una respuesta inaplazable. Nos comprometemos en una oración perseverante, fundada en el desprendimiento y en la donación de nuestra vida. Los misioneros saben mucho de las consecuencias de la guerra, y del hambre, y de la injusticia. Pero saben más de la reconciliación, y su vida no es otra cosa que la escucha, el diálogo, el servicio y la donación siguiendo el ejemplo del Maestro. Cuánto sufrimiento al comprobar los efectos devastadores de la guerra, cuánto dolor ante la destrucción de la vida humana y cuánta humillación al comprobar que muchos adultos son capaces de secuestrar niños para adiestrarles para la guerra”, afirma el director nacional de las OMP, Anastasio Gil.