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La Fiesta en Mérida 2013, por Pedro García Macías

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¿si el empresario, como pregona, pretende devolver a Mérida al lugar que antaño ocupó ¿no sería lo apropiado un cartel de Feria con alguna corrida de toros más, donde hubiera podido incluir otros toreros de la tierra, una de rejones y una novillada picada o en su defecto sin picar?, seguro que son tonterías que se nos ocurren a los mayores.

[Img #29969]Disculpen las molestias que la lectura de
estas modestas palabras pueda producirles, simplemente son pensamientos
sencillos de un ciudadano emeritense que tiene la peculiaridad de además ser un
aficionadillo a esto de la fiesta de los toros.

Como previo dejo sobre este “albero” una
pregunta ¿si el empresario, como pregona, pretende devolver a Mérida al lugar
que antaño ocupó ¿no sería lo apropiado un cartel de Feria con alguna corrida
de toros más, donde hubiera podido incluir otros toreros de la tierra, una de
rejones y una novillada picada o en su defecto sin picar?, seguro que son
tonterías que se nos ocurren a los mayores.

Me voy a referir, quizá con algo de retraso
para asentar lo sucedido, al magno acontecimiento que tuvo lugar el día 1 de septiembre en nuestra capital
autonómica, Mérida. Igual leyeron lo que en este mismo medio me publicaron, que
titulé “El ofertón”, allá por los
finales del mes de julio, una vez se hizo público el cartel.

Lo que en principio iba a ser “un sensacional
mano a mano entre los espadas Morante-Talavante”, debido a que uno de los
actuantes, concretamente Morante, sufre una seria cogida en la Feria, se queda
en los seis para Talavante (jaleado por los medios
audiovisuales y escritos modelo bárcenas) según el comunicado que la
empresa remite a los medios el día 29 de agosto,
del que reproducimos su párrafo inicial “
Ante la imposibilidad de Morante de la Puebla
de poder reaparecer, para lo que el diestro sevillano ha tenido plena
disposición debido al importante compromiso que suponía su presencia en este
festejo, pero siendo imposible al no estar plenamente recuperado de su cornada
de Huesca, Talavante ha decidido tomar la decisión de matar en solitario la
corrida de Zalduendo”.
Al “hilo del pitón” de esta situación
sobrevenida me pregunto, de forma ingenua por supuesto, ¿si los contratos de un
año para otro se debieran ganar en el ruedo y firmar en los despachos,  se ha dado la opción a Antonio Ferrera, que
se lo ganó el año pasado, para que hubiera completado el cartel? o ¿a otros
toreros para completar un cartel de tres?¿no es aconsejable que siendo agosto
un mes en el que los toreros figuritas torean en la gran cantidad de ferias que
se programan hubiera un “plan B” por si acaso?

[Img #29970]La Televisión pública
estatal, estuvo y nuevamente, al igual que sucedió el año pasado desde
Valladolid, ha desaprovechado una extraordinaria oportunidad de hacer algo
realmente serio. A este respecto, quiero reproducir a continuación lo escrito
muy acertadamente, por una buena aficionada murciana, que tituló  “Las corridas televisadas” : Si
partimos de la idea de la admiración por un animal único, hermoso que se crece
ante el castigo, que vende cara su muerte, capaz de inquietar con su bravura,
haciéndonos amar este espectáculo que cuando se da íntegro sigue siendo tan
incomprensible como portentoso, y el derroche de arte, poder y dominio de un
hombre frente a ese animal fiero y de presencia imponente, ¿dónde queda el compromiso para defender su autenticidad?.¿qué hay de legítimo en esta anunciada retransmisión,
donde la ganadería anunciada sigue suponiendo lo antagónico de lo que debe ser
un toro bravo?.¿es esta una buena opción para captar adeptos a este espectáculo?
o por el contrario, ¿puede suponer un aldabonazo para continuar alimentando
versiones «anti»?.¿a qué, mentes portentosas se les ha ocurrido la
brillante idea de apostar por acercar este tipo de chuflas, envolviéndolas en
acción en pro de la mal llamada «Fiesta Nacional”
.

 

 

         Debo decir
que a veces la coherencia es más económica que la incoherencia. Sí, amigos,
el domingo por la mañana, después de ver las reses que había en los corrales,
me encontré con un buen amigo aficionado, charlamos un ratillo sobre el magno
acontecimiento que se iba a producir por la tarde y me dice al despedirnos “nos vemos luego en la plaza”, mi
respuesta le sorprendió, “en la plaza,
no
”,  “¿no vas a ir?”, “ya sabes ser coherente tiene esas cosas,
prefiero ir con mis nietecillos a la feria para que se monten en los
cacharritos, porque se que se van a divertir y emocionar y tú vas a pagar
para que te tomen el pelo y a lo peor hasta sales cabreado, pero bueno es tu
elección
”. Me entendió y le entendí.                                   

           Parece ser que
el programa se ha llevado a cabo en sus términos, lo que deben agradecer esas
“centurias” de jóvenes que han venido a disfrutar nuestra ciudad de forma
bastante económica y eso es bueno para ellos y para la movida emeritense, las
actividades lúdicas y otras cosas. Para la Fiesta de los Toros como yo la
entiendo ha sido una puñalada trapera, además con la alevosía de la
televisión pública, tanto la estatal como la cobertura que también dio la
autonómica, en la que por cierto tuvieron a bien ponerme la alcachofa por la
calle para preguntarme mi opinión, que amablemente di con prudencia pero con
claridad.

           Lo siento, me
encantaría poder  relatar cosas interesantes e importantes que hubieran
sucedido ese día en el Coso del Cerro de San Albín concretamente, pero no
tengo nada que contar, bueno, quizá unos pequeños apuntes, parafraseando al
poeta León Felipe “cosas de poca
importancia”.

           En el cartel decía
“6 toros 6”  de una de las más prestigiosas ganaderías del monoencaste,
de un Sr. que hace poco más de un mes lloraba amargamente por el mal trato
recibido y hasta amenazó con irse de esto, pero como el que no llora no mama,
desde entonces, que solamente había mercadeado 2×6 animalitos, ha vendido 12
X 6 y lo que le queda en Moheda de Zalduendo, allá por Aliseda, hasta final
de temporada me da que quedará barrido los corrales. ¡Pero lo que es la
magia!, es capaz de convertir “6toros 6” sobre el papel  en “6
novillotes adelantados 6” al salir por chiqueros, con la edad reglamentaria e
incluso alguno cercano a la jubilación, desde mi deteriorada óptica alguno
que otro sospechosillo de pitones, caritas lavadas, está bien eso del aseo.

            Pero todo
tiene su parte buena, porque ya hacía un tiempo que en Mérida  no se daba una novillada sin picar, perdón
picada, total con los picotazos la diferencia es escasa, y miren Uds. que sin
quererlo nos hemos encontrado con este regalo. A la misma hora en Villafranca
de los Barros si había programada una becerrada para los aprendices, que fue
televisada por Canal Extremadura. Por cierto que ninguno de esos medios tuvo
a bien dar el ratito de toreo de salón que los chavales de la Escuela de
Badajoz hicieron en el Hotel Blue City Las Lomas.    

              Continuemos.
Casi tres cuartos. Las reses invaliditas, lenguaronas, melosas, obedientes, vamos
para irse con ellas a la feria a tomar unas cañas, fueron tratadas de lujo en
la suerte del monopicotazo de los caballistas al compás de los silbidos de
parte del público festivalero y clavelero que no querían que los lastimaran,
dejaron expresarse a la figurita que casi pone el cartel de “no hay despojos”
en la casquería emeritense. Con la espada, pues eso eficaz sin dar una
estocada a ley, de todo hubo, mayormente tendidas, breve con el descabello y
hasta un bajonazo infamante

                 El numerito de la tarde fue cuando
la figurita sacó a pasear su voz, cante por bulerías para endulzar su romance
con el borregote, que culminó perdonándole la vida en complot bien orquestado
con el ganadero, el empresario, que de forma desaforada flameaba desde el
callejón el pañuelo y los palmeros. Se produjo un indulto vergonzante, con la
aquiescencia del que debía velar por la seriedad que debe tener ganarse la
vida para padrear en la dehesa (artículo 83.1 del vigente reglamento de
espectáculos taurinos), que sacó el pañuelito naranja. Fue esperpéntico el
numerito….sólo faltó “Paquito el chocolatero” como me comentó el amigo David,
con quien echo algunos ratos los viernes en el bar Miralrío, al compás de los
amigos Jorge y Paco, que ocasión perdida porque hubiera sido bingo.                  

            Bueno, ya finalizo. Otra vez
será, espero que este tipo de espectáculos, penosos, tristes, vergonzosos, no
se vuelvan a dar con la cobertura de la televisión pública, porque nada tiene importancia si no hay
toro…
a ver si acaso el año que viene
en el centenario de nuestro bonito coso emeritense hay festejos a lo largo
del año y una feria seria.

 

                                                 


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