…¿Pero estuvo en Plasencia la reina Isabel? No. Sí el rey Fernando, quien ratificó con su presencia la vuelta al realengo. ¿Por qué, entonces, Plasencia, acoge como plató a la reina? Desde que se conoció la negativa del Museo de Historia de Barcelona para rodar en su exterior secuencias de la tercera temporada, la productora de la serie recibió ofertas de Madrid, Salamanca y Cáceres (Plasencia, Trujillo o Alcántara), decidiéndose al final por Plasencia, que se convertirá en la Plaza del Rey de Barcelona…
He
memorado de nuevo Plasencia tras hablar con un amigo que allí hubiere, entre
muchos familiares y paisanos adoptivos. No olvidaría fácilmente la ciudad que
conociere de niño por vez primera; mi primera ciudad, tras el pueblo. Los mozos
no salían antes del pueblo, sino a la ciudad para hacer la mili. Allí, en el
Regimiento Órdenes Militares número 37, conocido también como Cuartel La
Constancia, la hizo un amigo que me contare sus andanzas. Ya no existe como tal
cuartel. No se perdió el noble edificio, que hoy es un campus más de la
Universidad de Extremadura. Acoge ese viejo cuartel cuatro titulaciones de
grado: Enfermería, Administración y Dirección de Empresas, Ingeniería Forestal
y del Medio Natural y Podología. ¿Pensaría su obispo, el cardenal Juan de
Carvajal, en 1446, al establecer los primeros estudios universitarios de
Extremadura que, cinco siglos después, la perla del Jerte tendría campus? Aún
le debe Plasencia al Presidente Ibarra aquel anuncio que hiciera en el salón de
plenos del Ayuntamiento, llegado de Madrid con la buena nueva, como a aquel
presidente de la Diputación, Manuel Veiga (Alba de Tormes, 1935; Cáceres, 2010),
que nunca se olvidare de ella cuando todos le dieron de lado…
Pareciere que Plasencia se hallare
dormida tras sus viejas glorias del pasado. En los años noventa del pasado
siglo, se levantó en armas e hizo una huelga general que paralizó la ciudad
durante un día: había perdido el Regimiento, pero ganó un campus universitario;
perdió su caja de ahorros, fundada en 1911 por el Centro Social Católico,
fusionada con Caja Cáceres en 1990: Caja Extremadura; ganó una caja mayor y
perdió el horrible «esquinazo» –que tanto afeaba la entrada por la
N-630 desde Cáceres–, donde hoy se levanta la sede informática que comparte
con Cáceres los servicios de la Caja. El próximo año, Cáceres también perderá
su caja; pero aquí nadie se lamenta y se
levanta en armas contra las injusticias. Como si aquí también existiere el
«derecho a decidir» de los catalanes: quítate tú para ponerme yo…,
según sus últimos presidentes y consejeros auxiliares.
Alfonso VIII funda la ciudad en
1186; el papa Clemente III la erige en sede episcopal en 1189; en 1442, el rey
Juan II de Castilla entrega la ciudad a la familia de los Estúñigas, o Zúñiga,
y otorga a Pedro de Zúñiga y Leiva el título de conde de Plasencia. Al pasar de realengo a señorío
(1442-1448), pierde su voto en Cortes. En la segunda mitad del siglo XV
participa en los conflictos bélicos relacionados con el trono. Plasencia y
Madrid fueron las únicas villas que se declararon contrarios a Isabel. El 27 de
abril de 1465, Enrique IV es depuesto en la ciudad como soberano de Castilla.
La reina de Castilla, Juana la Beltraneja, y su tío, Alfonso V de Portugal,
contraen matrimonio allí, y son
proclamados reyes de Castilla y Portugal el 30 de mayo de 1475 en la plaza
mayor. En 1448 fallece el duque D. Álvaro de Zúñiga y le sucede su nieto,
Álvaro de Zúñiga y Pérez de Guzmán. La nobleza placentina se levanta contra los
Zúñiga para recuperar el poder que detentaban sobre la ciudad. Los Reyes
Católicos les apoyan y revocan la donación hecha por Juan II. Triunfa la
revuelta y se repone el estatuto de realengo, que el rey Fernando jura defender
ante las puertas de la catedral, el 20 de octubre de 1488. El rey Don Fernando le otorga el título de
Muy Leal, que se añade al de Muy Noble, que ostenta desde su fundación.
En la puerta de Trujillo, por la que
entraron los libertadores, –al grito de «¡Plasencia…, Plasencia por los
reyes D. Fernando y Doña Isabel!»– se esculpe el laude, que transcribe
José Sendín en su obra «Plasencia. Historia. Guía. Leyenda» (pág.
262):
«Libertas vitae, geminis,
auroque praeferertur» /La libertad de la vida es preferible al oro y los
diamantes./Libertas nobilem reddit Placentiae urbem/ La libertad ha devuelto su
nobleza a Plasencia./Quam fortuna sprevit, regiam quae in lucvuem redemit/ Que
estaba menospreciada de la fortuna, la libertad la ha redimido para el
rey…» En el coro de la catedral,
las figuras de los Reyes Católicos están representados encima de dos sitiales.
La nobleza recomienda al rey vivir
en Plasencia, ciudad a la que se traslada en 1515 y, al final, muere en Madrigalejo,
el 23 de enero de 1516, cuando se dirigía hasta Guadalupe para presidir el
capítulo de las Ordenes Militares de Calatrava y Alcántara.
El rey Fernando en Plasencia.
¿Pero
estuvo en Plasencia la reina Isabel? No. Sí el rey Fernando, quien ratificó con
su presencia la vuelta al realengo. ¿Por qué, entonces, Plasencia, acoge como
plató a la reina? Desde que se conoció la negativa del Museo de Historia de
Barcelona para rodar en su exterior secuencias de la tercera temporada, la
productora de la serie recibió ofertas de Madrid, Salamanca y Cáceres (Plasencia,
Trujillo o Alcántara), decidiéndose al final por Plasencia, que se convertirá
en la Plaza del Rey de Barcelona, donde 115 figurantes representarán, en la
primera quincena de octubre, en los alrededores de la catedral placentina, la
escena del atentado
sufrido por el rey Fernando, según unos cronistas (http://www.canalextremadura.es/alacarta/tv/videos/la-serie-isabel-llega-plasencia-principios-de-octubre-para-rodar-varias-secuencias),
(http://ocio.elnortedecastilla.es/television/las-escenas-de-isabel-prohibidas-en-barcelona-se-rodaran-en-plasencia-27092013.html)
y, según otros, el recibimiento de los Reyes Católicos a
Colón a su regreso de América.
Sea como fuere, los Reyes Católicos
cruzaron sin cesar las tierras extremeñas entre 1477 y 1479, según un documentado
estudio del cronista oficial de Trujillo, José Antonio Ramos Rubio.
Los Reyes en Cáceres
La
ciudad antigua sirvió como plató para el bautismo y coronación de la reina
Isabel (aunque los hechos ocurrieron en su pueblo natal, Madrigal de las Altas
Torres (iglesia de San Nicolás de Bari, Ávila) e iglesia de San Miguel en
Segovia.
Isabel visita la villa por primera
vez el 30 de junio de 1477 para poner paz a los enfrentamientos entre los
bandos leonés y castellano. La villa pasa a ser de realengo; la reina jura sus
fueros, otorgados por Alfonso IX, ante la Puerta Nueva (hoy, Arco de la
Estrella). El 9 de julio recibe a las autoridades y le son leídos los capítulos
de las ordenanzas que su alteza les daba para un buen gobierno. Fija el escudo
de la villa, se aloja en el Palacio de los Golfines de Abajo; ordena desmochar las torres de los nobles opuestos a su causa,
excepto la de su fiel capitán Diego Cáceres de Ovando, que construyó la Torre
de las Cigüeñas, y que matrimonió con Isabel Flores, camarera mayor de la
reina y primer gobernador de La Española
(hoy República Dominicana y Haití). La segunda visita se produce en 1479, acompañada
por su esposo, el rey Fernando, que jura los fueros el mismo año.
El rey visita la villa varias veces
más: en 1484 de paso para Andalucía; en 1488 con motivo de la rendición de
Plasencia; en diciembre de 1508 y hasta el 2 de enero de 1509 (tras el
fallecimiento de la reina en 1504), y, finalmente, en 1515, en que salió de
Madrid el 12 de noviembre; el 28 del mismo mes o a primeros de diciembre se
encuentra en Plasencia; el 6 en Abadía, el 17 en Galisteo, y el 14 regresa a
Plasencia, donde tiene lugar la boda de su nieta, Ana de Aragón, con Álvaro
Pérez de Guzmán, duque de Medina Sidonia. Sale el 22 para Trujillo, donde se
detiene hasta después de Reyes del año siguiente; emprende viaje a Abertura y
de allí a Madrigalejo, donde fallece el 23 de enero de 1516.
Trujillo une los reinos de España
Fernando
sucede a su padre como rey de Aragón y Sicilia y, comoquiera que Isabel era
reina de Castilla, León, Toledo, Valencia, Mallorca, Sevilla, Cerdeña, Córcega,
Córdoba, Murcia, Jaén, Los Algarbes, Algeciras y Gibraltar, acuerdan unir todos
los territorios bajo el cetro de Isabel y Fernando, bajo la leyenda «Tanto
monta, monta tanto, Isabel como
Fernando», apunta Ramos Rubio. En Trujillo aparecen unidos por primera vez
Castilla y Aragón y sus respectivos monarcas figuran ya como reyes de España el
29 de diciembre de 1479. La reina Isabel visitó por primera vez la ciudad en
mayo de 1477, procedente de Guadalupe, donde imploró el auxilio de la patrona
de Extremadura en su lucha contra los portugueses que apoyaban a su sobrina y
dominaban la región. El 24 de febrero de 1479, Isabel logró la victoria en la
batalla de La Albuera, donde los portugueses sufrieron una derrota definitiva.
Guadalupe,
rumbo a América
En
Guadalupe está enterrado el rey Enrique IV de Castilla (1425-1474), hermano por
parte de padre de la reina Isabel, además de su madre, María de Aragón
(1403-1455); Dionisio de Portugal (1354-1397), hijo de Pedro I de Portugal y de
Inés de Castro; y Juana Enríquez de Castilla, hija natural de Enrique II de
Castilla y Juana de Cifuentes, esposa del anterior. Isabel acude a Guadalupe
por primera vez en 1464 en un intento de acordar su boda con Alfonso V de
Portugal, que finalmente fue el esposo de la Beltraneja. En el monasterio se
custodia el testamento de la reina hasta que fue trasladado al Archivo General
de Simancas (Valladolid) en 1575. En 1477, la reina acude al monasterio para
dar las gracias a la Virgen tras vencer en la batalla de Toro. El 29 de junio
de 1492, los Reyes Católicos firman allí las cartas a los alcaldes de Palos y
Moguer para solicitarle que ayuden a Colón en el aprovisionamiento y
preparación de las carabelas para la travesía oceánica en busca de las Indias.
Colón trae allí, tras su primer viaje, a los dos primeros indios que son bautizados
en la pila que se halla en la plaza.
Valencia
de Alcántara, la boda de la primogénita de Isabel
El
30 de septiembre de 1497 , los Reyes Católicos asisten en Valencia de Alcántara
a la boda de su primogénita, Isabel de Aragón y Castilla, con el rey de
Portugal, Manuel I el Afortunado, en el templo de Rocamador, recreada
anualmente en agosto en la llamada «boda regia» .
Isabel y Fernando, y abre España.