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Unos 38.000 partos al año en España son pretérminos

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Cada año se producen en España una media de 472.000 partos, de los que el ocho por ciento, cerca de 38.000, son pretérminos, es decir, aquel que se produce antes de las 37 semanas completas de gestación o 259 días de embarazo.

Según el jefe
de Sección de Obstetricia y Profesor Titular de Obstetricia y Ginecología, del Hospital
Universitario Cruces de Vizcaya, Juan Carlos Melchor, el nacmiento pretérmino
es la causa más importante de mortalidad perinatal (65%-70%) y es la segunda
causa de mortalidad infantil durante el primer año de vida.


Según datos
del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de 2012 (último año de registro),
en España se produjeron 471.999 partos, de los que el ocho por ciento, unos 37.800,
son pretérmino.


VI SIMPOSIUM FERRING DE OBSTETRICIA


Parto
pretérmino, hemorragia posparto e inducción al parto han sido los principales temas
abordados en el VI Simposium Ferring
de Obstetricia, que ha reunido a
180 especialistas en Obstetricia, con
el aval de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) y de su
Sección de Medicina Perinatal.


Para el catedrático de Obstetricia y
Ginecología y jefe de Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital
Clínico Lozano Blesa de Zaragoza
, Ernesto Fabre, los principales problemas con
los que se puede enfrentar un experto en medicina materno-fetal en nuestro país

son los mismos que en cualquier otro país de nuestro entorno: el parto
pretérmino y la hemorragia posparto.


El primero por su frecuencia y por las consecuencias que a corto y
largo plazo tienen para el niño que nace antes del término del embarazo. El
segundo, aunque menos frecuente, por su gravedad, ya que la hemorragia después
del parto sigue siendo una de las principales causas de muerte materna”.


Apenas se
conoce un proceso biológico tan importante para nuestra especie como es el
mecanismo de inicio del parto, lo que ha llevado a numerosas intervenciones en
gran medida empíricas e ineficaces. Así, aunque ha descendido la mortalidad
perinatal secundaria a la prematuridad, no se 
ha conseguido disminuir la tasa de parto pretérmino.


Los únicos
tratamientos que han demostrado disminuir la morbi-mortalidad perinatal
secundaria a la prematuridad son la administración de Betametasona y
Dexametasona entre las 24 y 34 semanas de gestación.


Con
frecuencia en paralelo a la corticoterapia se utilizan fármacos tocolíticos que
se asocian con una prolongación de al menos 48 horas de la gestación, tiempo
imprescindible para la administración de los corticoides y el posible traslado
de la paciente a un centro con asistencia neonatal adecuada.



El parto
pretérmino es un problema para el recién nacido por su grado de inmadurez
funcional y orgánica, pues el feto no llega a desarrollarse por completo, nace
antes de tiempo y el recién nacido ha de enfrentarse a la vida extrauterina sin
la madurez suficiente. Las principales complicaciones suelen ser respiratorias,
pero también pueden presentar infecciones, lesiones cerebrales, oculares, etc.,
con importantes y graves secuelas a corto, medio y largo plazo.


HEMORRAGIA POSPARTO


La hemorragia
posparto (HPP), otro de los aspectos abordados por los obstetras reunidos en Madrid,
continúa siendo hoy en día una importante causa de mortalidad materna, en
especial en los países en desarrollo, estando su prevalencia infraestimada en
nuestro entorno si tenemos en cuenta que es la primera causa de morbilidad materna
y se presenta entre el  uno y el cinco
por ciento de los partos. La atonía uterina, las anemias severas por las pérdidas
sanguíneas y sus secuelas son una realidad.


En países
desarrollados como Australia, Canadá, UK y USA la atonía es la causa principal
del incremento que se está constando en las HPP y la tasa de morbilidad grave, donde
a pesar del aumento de las transfusiones, la mortalidad materna no ha conseguido
disminuir. En España la mortalidad materna se sitúa en 3.6 mujeres por 100.000
nacidos vivos.


Para los
expertos reunidos en Madrid, la inducción del parto es uno de los
procedimientos más comunes durante el embarazo y su incidencia va aumentando,
hasta el punto que en los países desarrollados, la proporción de niños nacidos
a término después de la inducción del trabajo de parto se sitúa en uno de cada
cuatro partos.


A lo largo de
los años, varias sociedades profesionales han recomendado el uso de la
inducción del trabajo de parto en aquellos casos en los que la continuación del
embarazo represente un peligro para la madre o para el feto. El método de
maduración e inducción del parto debe ajustarse a las características y
circunstancias propias de cada paciente.


Para los profesionales,
la finalización de una gestación antes de su inicio espontáneo debe basarse en
datos objetivos, preferiblemente cuantificables y reproducibles, con una clara
tendencia a la individualización de la asistencia a la  mujer gestante, incluida la finalización de
su embarazo.


Existen
diversos factores que deben ser tomados en cuenta en el momento de iniciar una
inducción pues pueden afectar la morbilidad materno-fetal. Los factores más
utilizados como predictores del desenlace de la inducción del trabajo de parto son
la valoración cervical mediante el test de Bishop y la medición cervical por ecografía,
aunque también se han considerado otros factores como la historia obstétrica y
las características maternas  y fetales.


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