HASTA 30.000 EUROS POR OFENDER A ESPAÑA

La Ley de Seguridad Ciudadana que se está tramitando contempla multas de hasta 30.000 euros por “ofensas a España , sus comunidades, entidades locales y sus símbolos y emblemas”. No sé si seré o no un buen español según esta Ley, lo que si sé es que me siento muy  español a mi manera, que es la de estar absolutamente comprometido con mi país, sin considerarlo solo mío ni de los que piensan como yo. Me ofende mucho más el que defrauda millones a hacienda,   que el que se indigna porque una diputada diga “que se jodan” los que se manifiestan y deje de confiar en los símbolos, cuando los que lo representan no confían en la gente. No puede ser que se haga una amnistía fiscal para los que se llevaron el dinero a los paraísos fiscales, que se les premie con una tributación privilegiada del 10 por ciento, y se pretenda castigar con 30.000 euros a los que creen que esa no es su España, ni esos símbolos o emblemas los representen.  Como dice un buen amigo, mi bandera , por la que merece la pena luchar todos los días y a todas las horas, son la Caja Única de la segur¡dad social que permite pagar las pensiones, el Fondo de Compensación interterritorial  y el Fondo de Suficiencia para que en toda España tengamos los mismos derechos a la educación y a la sanidad. Esa es la bandera que nos hace iguales, que nos dignifica y que tenemos que proteger de ofensas. Lo otro queda bien. Me duele cuando queman una bandera de mi país, pero eso ya estaba castigado. Hay sanciones que salen del Código Penal y van al ámbito administrativo. No me gusta que dejen de ser los jueces los que lo resuelvan, para que pasen a hacerlo ciudadanos en un cargo que piensan que su manera de ser español debe ser compartida por todos. He jurado a mis banderas tres veces en mi vida. Una en 1981 en la mili,  en el Campamento de Cerro Muriano de Córdoba a la de  España. Otra en 2007, a la de  Extremadura, esta vez fue promesa porque pude elegir y me pareció más comprometido, cuando tomé posesión como presidente de la Junta de Extremadura. Y en 1999 , a la de mi pueblo Olivenza, cuando resulté elegido Concejal . En esos tres momentos pensé en las personas más que en los símbolos. Creo que a estos no les falle nunca. Es más fácil. Lo de las personas es menos simple.