Veo un anuncio, al parecer muy
exitoso, en televisión y me admiro de que aún estemos tan cerca de la edad de
los metales.
El mensaje, no me negarán que implica
una contradicción en si mismo, es que: «No tenemos
sueños baratos»
Afortunadamente eso, precisamente, es
lo único asequible a día de hoy para millones de mortales. Pero seguro que ya
hay algún espabilado trabajando ,( y sus desvelos créanme que le proporcionarán
pingües beneficios) en la fórmula que nos permita elegir el color de nuestros
sueños, sino tiempo al tiempo.