Si hasta existen determinados Diputados del Partido Popular que reconocen
públicamente que el Gobierno de España debe pedir perdón, dimitir y convocar
elecciones libres, ¿Que debemos pensar los ciudadanos libres y demócratas que
no los hemos votado?.
El tema ha sido muy simple, se ha tratado de una Diputada del P.P.
en la Asamblea de Madrid, que ha analizado la situación
política actual con mucha tranquilidad, se ha mostrado crítica con la gestión
de su Partido con el tema del accidente ferroviario de Santiago, se ha escorado
a favor de la República y en contra de la propuesta de Ley del Aborto de su
compañero Gallardón, ha criticado abiertamente la corrupción como debe hacer
cualquier político decente y hasta el actual modelo de Europa que hemos
construido entre todos y por último ha criticado igualmente los incumplimientos
electorales del Gobierno de España, que es el gobierno de su partido.
Cuando le preguntaron si consideraba que su
Partido estaba haciendo lo suficiente para salir de la crisis en la que nos
encontramos, ella contestó que habían cometido dos fallos en la forma de
encarar la crisis; la primera en obedecer excesivamente los
planteamientos de la Unión Europea, particularmente a la Sra. Merkel, sin hacer un planteamiento
más «agresivo»
para defender los intereses de los ciudadanos españoles y la segunda, incumplir
en una buena parte el Programa Electoral, (porque es un contrato en el que los
partidos políticos realizan y se comprometen
con los ciudadanos). Contrato
que debe cumplirse rigurosamente, porque si no, están mintiendo descaradamente
a los ciudadanos, que son la soberanía del pueblo.
De
igual manera consideró que habría que cambiar el sistema de partidos y que existan candidaturas uninominales por circunscripciones, como ocurre en
el sistema británico, de manera que los ciudadanos voten a un Diputado y le
pidan cuentas de su gestión a ese diputado en particular, sea del partido que
sea. Es decir, que los Diputados
representen a los ciudadanos de manera directa y no a los partidos políticos
como se viene haciendo en la actualidad.
Creo que este cambio sería esencial para que los ciudadanos se sientan
verdaderamente representados.
Otro cambio que
consideró totalmente necesario, es que el Poder Judicial sea verdaderamente
independiente, pues lo contrario, es decir la no separación de poderes, pone en
tela de juicio al Estado de Derecho y a las Instituciones, que se encuentran
cada vez más desacreditadas.
Cuando se le preguntó por el papel que está
jugando la Monarquía en España, contestó abiertamente asegurando que ha estado
a la altura de las circunstancias sin más, considerando asimismo que no podemos olvidar que la Monarquía, es una institución rescatada por el dictador
Francisco Franco y que el Rey juró los Principios del Movimiento; aseverando además
que la Monarquía es una institución antidemocrática por naturaleza (dicho con
todos los respetos naturalmente y sin ánimos de desprestigiarla, pero es la
realidad).
Abundando en el tema
dijo: Yo creo que lo lógico, en el
siglo XXI, es que el Jefe del Estado sea elegido por los ciudadanos, ya que hoy
por hoy nadie es, ni puede ser siervo de un señor; sobre todo porque en estos
momentos la Monarquía se encuentra más cuestionada que nunca, además de por
todo lo dicho anteriormente, por los temas de corrupción y de trato desigual
dado a los miembros de la Casa Real, con los asuntos de la Infanta Cristina y
su esposo, por parte de los poderes públicos.
Después
del revuelo que se ha realizado con la nueva Ley de Educación (LOMCE); le
preguntaron si consideraba que era una ley acertada a lo que contestó que ella
pensaba que lo peor de todo y lo más
antidemocrático, es que es una ley que deja desprotegidos a los más débiles y,
además, no introduce mejoras para que las futuras generaciones estén más
preparadas. Habría que seguir los
pasos de los países mejor cualificados en esta materia como Finlandia, Suecia,
Noruega, etc., y seguir un modelo parecido.
Y ya el colmo que rebosa el vaso y que está
siendo muy criticada (también dentro del P.P.), es la propuesta
de Ley del Aborto de Gallardón; por lo que le preguntaron si debía retirar el
texto, a lo que contestó que ella ha sido siempre una mujer muy feminista,
que ha luchado por los derechos de la mujer y hasta ha escrito dos libros al
respecto, en uno de los cuales ha criticado las culturas, cuyas creencias
suponen una clara violación de los derechos de las mujeres.
Apuntó asimismo que no
se pueden mezclar las creencias de cada uno, que son muy respetables, con las
leyes civiles, que van dirigidas a todos los ciudadanos; pero que la Ley del Aborto
ha de ser una norma sanitaria para impedir que las mujeres que aborten (que lo
van a hacer de cualquier forma), no nos engañemos ni seamos hipócritas, lo
hagan en unas condiciones sanitarias adecuadas, sin riesgo para sus cuerpos y
sin tener que esconderse de nadie. En
el Partido Popular, no solamente soy yo, si no que muchas mujeres estamos de
acuerdo con una Ley de Plazos. Esto no puede ser un antojo ni de nuestro
compañero Gallardón, ni de nadie.
Con
referencia a la Corrupción, le preguntaron si ella consideraba que el PP había
actuado con dureza para prevenir y castigar la misma; a lo que contestó que la corrupción es una indiscutible miseria moral de nuestra sociedad, en
la que, como desgraciadamente hemos podido saber los ciudadanos, están
implicados los partidos políticos, los sindicatos, los grandes empresarios y
hasta la Casa Real, es decir, muchas instituciones y muchos grupos de poder.
Y por desgracia, lo que
estamos viendo es que, cuando se trata de determinados personajes influyentes,
los fiscales no acusan, el Ministerio de Hacienda no ve el fraude, los
imputados son desimputados por las altas instancias judiciales y algunos jueces
que osan imputar a algunos de esos personajes, son destituidos de sus cargos o
perseguidos y vilipendiados. Ya
tenemos casos muy conocidos.
Desafortunadamente ni
el PSOE, ni el PP, ni IU, ni ningún otro partido han cambiado ninguna ley para
impedir la corrupción; de hecho, el Tribunal de Cuentas, cuya misión, entre
otras, es supervisar las cuentas de los partidos políticos, dan los resultados
de las mismas a los cinco años de su presentación, por lo que, en caso de
infracción, ésta habrá prescrito.
¿Es serio eso?. A dónde vamos a ir con estas formas de
actuar.
Otra de las preguntas a
las que tuvo que contestar, era que su Partido, el Partido Popular había
incumplido en reiteradas ocasiones el Programa Electoral con el que se presentó
a las últimas Elecciones Generales y ello había llevado a que muchos de sus votantes
quedaran defraudados; a lo que contestó abiertamente diciendo, que consideraba
que los partidos políticos tienen la obligación moral de cumplir el contrato con
el que se han comprometido con los ciudadanos, que es su Programa Electoral y
que si no lo pueden cumplir, el Gobierno concernido debe pedir perdón, dimitir
y convocar nuevas elecciones.
Sinceramente, yo me
siento una persona de centro y liberal, en el buen sentido de la palabra, es
decir, que defiendo el respeto de las personas y las libertades individuales. Creo que el Partido Popular, sobre
todo en esta última legislatura, se ha escorado mucho a una derecha anticuada,
anacrónica y caduca, y ha dejado de respetar los derechos de las personas, el
Estado cada vez se inmiscuye más en la vida de los ciudadanos, en su vida
privada, en sus derechos y libertades, en materia fiscal, etc., no hace una política moderada y no
es en absoluto dialogante. Esas
actitudes y políticas no me gustan.
Abundó para terminar,
que más que criticar al Partido Popular, que es en el que está, lo que menos le
gusta es el sistema político que tenemos.
Ella ha sido y sigue siendo muy crítica con el PSOE, que es el partido que ha
gobernado junto con el PP, durante muchos años, pero actúa así porque tiene la
firme convicción moral, de que si algo no le gusta del PP tiene la
obligación de criticarlo, aunque eso no
sea lo que se haga normalmente.
Además comentó, que le
pidió en su momento al Presidente de su Partido, D. Mariano Rajoy, transparencia y respecto a la corrupción, lo que
considera debe ser una exigencia de cualquier ciudadano honesto.
Agregando que su futuro
lo ve más bien lejos de la política activa, mientras la política no cambie y
tengamos un sistema real, no meramente formal, de democracia. Ella en realidad es una profesional con mucha experiencia,
profesión que compatibiliza con la política, que es lo que cree que se debe
hacer, le apasiona su profesión, y cree que a ella se dedicará en el futuro,
aunque siempre le interesará la política, ¡cómo no!.
Lógicamente después de
realizar estas afirmaciones tan llenas de franqueza, coherencia, y de
sinceridad, le preguntaron que si en determinadas ocasiones había criticado decisiones tomadas, y no
tomadas por su partido el P.P., si se había planteado solicitar
la baja como militante del mismo, a lo que contestó “Yo soy diputada y, honestamente, creo que mi
obligación es ser la voz de los ciudadanos o de una parte de ellos”. No
creo en la obediencia ciega al partido, no me parece moral. Tenemos ejemplos de ello en otros países de nuestro entorno, como
Gran Bretaña, en la que los diputados de un partido a veces votan en contra de
una propuesta de su propio partido y no pasa nada. Aquí, además de multarte, que es inconcebible, incluso te expulsan. Sinceramente, este sistema no me
parece democrático.
Esta
entrevista fue realizada a Doña Teresa GÓMEZ LIMÓN para la revista “Lavozciudadana.es”, Diputada en la Asamblea de Madrid por el Partido Popular y ex
Presidenta Nacional del CDS, que he querido plasmar en nuestro DIGITAL
EXTREMADURA para que pueda servir de ejemplo a nuestros lectores, en pro de un
mejor entendimiento de la política, que yo pienso nos está haciendo mucha falta
a todos.
Para terminar su
entrevista la Sra. Gómez Limón, a la
que quiero felicitar por estas palabras, quiso recordar una famosa frase de
Abraham Lincoln, que todos los que están en primera línea de la política y
tienen poder real, deberían tener bien enmarcada en sus despachos:
«Por tanto os digo, que si una vez perdéis la confianza de vuestros
conciudadanos, nunca recobraréis su respeto ni estima».
