Merece la pena darse una vuelta estos días por El Valle, así, a secas, «El Valle». Nadie se puede equivocar, no hay otro, es El Valle del río Jerte en el que han florecido, de golpe, más de dos millones de cerezos y tiene la apariencia de haber caído una gran nevada.
Atreverse a llegar hasta el paraje de Los Pilones en la garganta de Los Infiernos.
O más sencillo, acercarse unos minutos hasta el Mirador de la Memoria, en un
recodo de la carretera que sube hasta El Torno, o camino de Piornal, detenerse
a contemplar la cascada de «El Caozo» en la garganta de Bohonal.
Tomarse unos vinitos
de pitarra en algunos de los mesones y tabernas que hay en cualquiera de los
pueblos y disfrutar de su rica y variada gastronomía, de la que
voy a destacar la curiosa ensalada jerteña de naranjas, que
hasta propongo hacerla en casa con frecuencia, por su rico sabor y por su alto
contenido en vitaminas y ausencia de colesteroles y esa cosas.
Se elabora con:
6 naranjas de buen
tamaño.
1 cebolla hermosa.
2 huevos duros.
100 gr. de aceitunas
negras.
pimienta negra,
aceite de oliva, vinagre y sal.
Y se hace así:
Extraer el jugo de
dos de las naranjas y reservar.
Cortar «a lo
vivo» las naranjas restantes y hacerlas rodajas de 1 cm. de grosor.
Cortar la cebolla en
aros y los huevos en rodajas.
En una ensaladera,
colocar una capa de naranjas, otra de cebolla y unas aceitunas. Ponerle una
pizca de sal y un toque de pimienta recien molida. Aderezar con un chorrito de
aceite y unas gotas de vinagre. Poner otra capa de naranjas, cebolla y aceitunas y aliñar igual que
antes y seguir colocando capas hasta completar el plato.
Regar con el zumo de
las naranjas.
Guardar en el frigorífico un par de horas antes de servir.