Digital Extremadura

Ángel Bernal descubre la Mérida medieval, capital y encomienda de la Orden de Santiago

BADAJOZ
Comparte en redes sociales

“Mérida, capital y encomienda de la Orden de Santiago (1490-1530)” se puede considerar, a juicio de su autor, Ángel Bernal Estévez, una monografía de una ciudad que en aquel periodo de la historia alojaba a unos 800 vecinos. El libro llena un vacío en la historiografía e Mérida, a pesar de la poca entidad de la ciudad en la época estudiada.

Quien
quiera conocer el enclave emeritense en el medievo se encontrará vacíos y falta
de datos -explica Bernal-, de ahí que me haya centrado en el periodo de 1490 a
1530, fundamentalmente porque fallaba mucho la documentación en épocas
anteriores y a partir de ese momento es cuando se encuentra mayor información y
da suficiente caudal como para articualarla en un libro.

 

     Mérida,
entonces, no era sólo la ciudad en sí sino todo un territorio enorme que se
extendía desde el Puerto de Carmonita, hoy conocido como de Las Serrerías,
hasta la zona de Villafranca de los Barros, término poco poblado. Por ello se
constituyó una encomienda dirigida por Mérida y la Orden de Santiago dirigió
este territorio  en dos partes, el partido
de Mérida y el de Llerena. A ambas poblaciones les asignó una cierta
capitalidad, de ahí el título del trabajo.

 

     Francisco
Muñoz, director del Área de Cultura de la Diputación de Badajoz, explica que el
estudio de Bernal, importante por cuanto saca a la luz un periodo apenas
conocido, ha utilizado los fondos del Archivo Municipal de la ciudad, “una
historia local que se suma a otras para hacer esa historia global que todos
conocemos”.

 

     Mérida,
capital y encomienda de la Orden de Santiago” hace el número 57 de la
“Colección Historia”. Editada por el Departamento de Publicaciones de la
Institución Provincial, la publicación explora aquellas décadas de un pueblo
con poco peso demográfico y político. Aun así y a lo largo de cuatro décadas se
construyó el acueducto de San Lázaro y hubo intentos de segregación de
Almendralejo para no continuar dependiendo de Mérida.

 

    Señala
el autor del trabajo que “la economía de entonces era fundamentalmente agraria
y ganadera por lo que no cuajó una nobleza local como en Cáceres o Plasencia.
“Hubo una clase de labradores adinerados, algunos hidalgos y otros miembros de
la Orden de Santiago que fijaron su residencia en la ciudad”, añade Bernal.

 

     El libro, pues, analiza el espacio
geográfico y jurisdiccional que tuvo que administrar la Orden, la propiedad, la
ordenación y el aprovechamiento de la tierra, además de la composición social
de quienes la habitaban a finales del periodo medieval.

 

     Ángel Bernal es catedrático de instituto y
doctor en Historia Medieval con un estudio sobre el concejo de Ciudad Rodrigo
en el siglo XV. Es miembro numerario del Centro de Estudios Mirobrigenses de
Ciudad Rodrigo y miembro del consejo asesor de la revista “Cuadernos Çafra”. Ha
ejercido profesionalmente en Extremadura, donde ha desarrollado toda su labor
investigadora con trabajos como “Poblamiento, transformación y organización
social del espacio extremeño”. Especialista en el estudio de las ordenanzas
municipales, últimamente ha centrado sus investigaciones en la provincia de
León de la Orden de Santiago, sobre la que tiene publicados “La encomienda de
los Santos en el tránsito del siglo XV al siglo XVI” y varios artículos, al que
ahora se suma esta monografía sobre Mérida.

  


Comparte en redes sociales

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *