“ VUELTA LA BURRA AL TRIGO “

La expresión
“vuelta la burra al trigo”, se usa para expresar hartazgo y fastidio frente a
algo que se repite numerosas veces, como por ejemplo una opinión, argumento o
error, sin que el interlocutor enmiende un ápice su discurso; incluso
repitiéndolo cuando se ha dado por zanjado el asunto.

 

 

  Su origen es
bastante incierto, incluso parece ser que al principio la expresión no tenía
por protagonistas ni a un burro ni al trigo, sino que eran una mula y el maíz
los que formaban esta expresión, que actualmente se sigue usando en algunas
zonas.

 

La mula se caracteriza por su terquedad, pero al
referirse muchas veces esta expresión a la repetición constante de errores y
argumentos equivocados, es probable que se variase al animal, debido a que se
suele asociar al burro con la mala predisposición para aprender.

 

 Por tanto a la
persona que con sus opiniones “vuelve la burra al trigo” se la  compara con el animal que regresa una y otra
vez al campo de trigo y lo destroza, por muchos desvelos y esfuerzos que ponga
el dueño del animal en que éste no incurra en la misma acción; pues en su
terquedad no aprende ni aprenderá. Es así como se recoge en todas las numerosas
consultas que se pueden hacer al respecto.

 

  No tengo la menor intención de comparar u
ofender a las personas que se refieren en este comentario, a los que como tales
personas les expreso mi respeto,, no así en su repetitiva actuación de que solo
con su propia voluntad, se quiera imponer algo que pertenece al conjunto de las
voluntades de todo el Pueblo Español..

 

    Y no por
repetir lo mismo mil veces, se va a escuchar mejor,   muy al contrario y sobre todo cuando se trata
de una acción ilegal, la Constitución especifica con claridad que “la Nación
Española,
deseando
establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de
cuantos la integran, en uso de su
soberanía
, proclama su voluntad  de consolidar
un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la
voluntad popular.”

Y no es cuestión de proponer una reforma de la
Constitución solamente  porque los
nacionalistas se quieran separar o porque estén enfadados hasta consigo mismo.

 

La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los
poderes del Estado. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de
la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y
reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones
que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

.

 El PP mantiene que no es momento de hablar de
reforma constitucional porque «no hay suficiente consenso», ni la
propuesta parece «suficientemente madurada».  UPyD propone una reforma en una dirección y
el PSOE, en otra, lo que en ningún caso augura el acuerdo. Y sobre todo, no se
deben crear expectativas de cambio constitucional sin que al parecer todos tengan
las ideas claras al respecto y definir hacia donde se quiere ir..

 

 

   La Comisión Europea mandó un nuevo torpedo
directo a la línea de flotación de esas soflamas secesionistas que se empeñan
en pregonar desde Barcelona como «capital del reino»: «Un nuevo Estado
independiente sería un país tercero», es decir, desgajado de España y entonces
debería abordarlo todo como tal.