Argeme llega a Coria

“El señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”. Era una exultación de alegría y esperanza del pueblo de Israel, según vemos en el salmo 125, que nos habla de la vuelta del destierro, la que dirigía el Presidente-Mayordomo, Don Francisco-José Martín Jiménez, de la Cofradía de la Virgen de Argeme, al recibirla en la Catedral de Coria el día uno de Mayo, ante una multitud de personas que la aclamaban en su llegada.

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Todos ellos, enfervorizados, se sentían alegres, como nos
decía en las palabras de presentación y así lo mostraban en sus caras,
porque la Patrona de Coria va a estar en la ciudad durante doce días y
Ella va a ser el centro de atención en este tiempo, a la que van a
dirigir los corianos todos sus sentimientos.

Junto a la aclamación, le dirigía a la
Virgen estas peticiones: por los problemas que hoy tenemos, los
gobernantes, la Iglesia, que seamos justos en la vida, por la claridad
de los padres y madres para tengan el hijo que no habrían de querer, por
las vocaciones, por la ayuda a las personas que se entregan a los
demás. No faltó decirle: el querer ser personas comprometidas en la fe y
el querer ofrecer la ayuda a los sacerdotes en la misión que nos
corresponde. Termina pidiéndole a la Virgen que Ella sea nuestra
esperanza.

El Sr. Obispo, en la bienvenida que da a
Ntra. Sra., dice a lo que viene la Virgen: 1º. A confortar a los
enfermos, 2º. a alentar nuestra esperanza a nosotros que caminamos: No
olvidó pedirle aliento en este XIV Sínodo Diocesano, que ya ha sido
proclamado, y 3º. a confortar a los necesitados. En este mundo en el que
nos vemos, con tantos problemas, necesidades, es el momento oportuno
para que nos pongamos delante de la Santísima Virgen, le contemos todos
nuestros problemas y saldremos de su presencia aliviados para seguir
caminando en nuestro duro trabajo de cada día.

¡Corianos y demás fieles devotos de la
Santísima Virgen de Argeme, movidos por la fe, acudamos a visitarla!
Ella es motivo de alegría ante la tristeza que muchas veces nos embarga:
paro, desuniones familiares, familias necesitadas, pobreza, y Ella debe
ser nuestra esperanza en un mundo en el que no se le ve la solución a
estos problemas.