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LOS NIDOS EN DONDE SE INCUBA EL ODIO

OPINIÓN
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La aparición de  tuiters y pintadas, en los que algunos, sobre todo gente muy joven, muestra un odio extraño, hacia personajes determinados, ha destapado un submundo de redes sociales que se retroalimenta ideológicamente de la cultura de lo “antisistema”  impidiéndole acceder a lo real. La imagen de dos mirando al móvil y ajenos al entorno, está convirtiéndose en una figura que permite muchas lecturas. Sólo ven lo virtual y no lo real. Esto nos puede llevar a la pérdida de unas referencias que analizadas en frío casi producen terror. Decía Ramón Rodríguez Arribas, exvicepresidente del Tribunal Constitucional, hablando del asesinado de Isabel Carrasco;”Los mensajes de  desprecio, ofensa , odio y hasta  burla para el dolor de la víctima y de su entorno, y el apoyo cainita a los autores de los hechos, incluida la propuesta de que el crimen se extienda a otras potenciales víctimas, causan horror y pena”.

 

Hace unos días oí en una tertulia de Onda Cero  de Mérida, a un muchacho que por la voz debía de ser  bastante joven, afirmar que estaba en contra del Ave porque eso  “era cosa de ricos”. Negar el avance , en una sociedad en la que,  si pierdes el “tren” y nunca mejor dicho, te verás abocado al atraso y en la que  las diferencias con las demás CCAA serán cada vez mayores, en definitiva, cerrarse al progreso, nos muestra unas mentalidades construidas por eslóganes, pero no por reflexión. Negar hoy día unas infraestructuras ferroviarias,  que nos  equiparen con el resto de la nación, venga luego el Ave, la Alta velocidad o un tren de cercanías, es como salvando las distancias, no querer tener una autovía, porque los carros y tractores no pueden pasar por ellas. Lo que me preocupa no es el hecho en sí, sino la existencia de grupos antisistema, que como tales no aportan soluciones, sino que tienen el “no” y la destrucción en su adn,  y que le han metido en la mente a un joven,  que se supone que en esas edades  ha de estar abierto al progreso, estas ideas antidiluvianas. No puede la sociedad permitirse descansar sobre el pedestal de lo conseguido, sino que si no quiere desaparecer, como bien nos muestra la naturaleza,  ha de seguir adaptándose al entorno, o extinguirse. Me decía un ingeniero agrícola que está plantando cerezos en Tarragona, y en Andalucía, ante unas cajas con cerezas del Jerte, que no pueden quedarse en la variedad que les dio fama y mercado, porque las nuevas son más grandes y con mayor proporción de azúcar, lo que hará que si no se adaptan, pierdan un mercado que parece que tienen conquistado.

 

Pero este odio se amplía a aspectos como el anticlericalismo que estamos viviendo en España, a pesar de que la Iglesia sigue siendo el bastión más importante para paliar algo las situaciones terribles por las que algunos están pasando, para lo que los católicos, algunos, pagamos cuotas para el mantenimiento de Comedores o de Cáritas.  Nadie se acordará mañana de ello, y es posible que algunos de los favorecidos, cuando su situación, esperemos, se haya mejorado, incluso, se  vuelvan en su contra. Casos, como el del emeritense, José María Calatrava, padre de la Constitución de Cádiz, que  pudo estudiar en el Seminario de San Atón de Badajoz, con una beca del obispado, que solicitó su padre, en lugar de estarle agradecido a la Iglesia,   permitiría, siendo él Jefe de Gobierno, que su amigo  Mendizábal, ideara  famosa Desamortización, que se quedó con todas las propiedades de la Iglesia, son habituales.  

 

El Papa Francisco, pedía que las iglesias estuvieran abiertas, para poder entrar en ellas cuando se deseara, buenas intenciones,  pero algo imposible en España. A mí me extrañó  que las iglesias de Roma, como la de S. Pietro in vincoli,  donde se encuentra el famoso Moisés,  de Miguel Ángel, estuviera abierta y sin ninguna medida de protección, algo difícil de comprender en España, cuando al acabar los oficios religiosos han de darse una vuelta por confesionarios y lugares ocultos, para cerciorarse de que antes de cerrar no hay nadie escondido, como en algunas ocasiones ha ocurrido, ya fuera para robar, lo más normal, como para destrozar o llevarse algún elemento, cálices, estatuas,  etc, para vender.  Acabo de pasar por delante de la puerta de mi parroquia en Mérida y han pintado sobre la acera un gran letrero. “Iglesia fascista”  con una flecha indicando la puerta. ¿Sabrán los que han hecho la pintada, que la intolerancia es uno de los símbolos del fascismo y que demuestran con la pintada, dicha intolerancia? Y viéndola, me ha recordado el famoso dicho de alguien, que recibió un anónimo que sólo ponía;”Cabrón”. Y comentó –He recibido muchos escritos sin firma, pero es la primera vez que alguien firma, sin poner nada escrito.


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