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EL ENFERMO IMAGINARIO: DIVERTIDOTEATRO-CIRCO

CULTURA
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Moliére escribió una ingeniosa comedia con sátira a dos bandas, contra los “im-pacientes” aprensivos y contra los “!matasanos interesados”, que el autor francés sufrió bastante por su frágil salud; él interpretó como protagonista tan bien su enfermo imaginario, que cuando llegó la escena del supuesto moribundo, se compenetró tanto con él, que parece que murió con las zapatillas puestas sobre las tablas y vestido con su malhadado traje amarillo, según cuenta la tradición teatral.

 

[Img #37047]Pues esta “comedia terapéutica”, como la llaman en el programa, que es más bien una farsa a lo clown, escenificada muy sencillamente por la doble compañía canaria Delirium y Abubukaka, que se unieron para transmutarla en una farsa circense con cientos de divertidos gags, que despertaron una trepidante hilaridad, casi rozando la astracanada: por ejemplo, ducharon ligeramente al público más cercano con una gigantesca lavativa y con un spray-limpiacristales, manejados por una criada culona, celestina y manipuladora , pero el respetable muy entregado desde un principio, admiró los graciosos manejos de dicha criada, la única chica del elenco, la simpática Soraya G. del Rosario, que intentó que su  debilucho amo, a duras penas, se olvidara de proponer como novio de su propia hija (muy graciosamente interpretado por un travesti), a un médico bastante tonto e hijo de su habitual galeno.

 

         Esta segunda trama amorosa, muy sobredimensionada, aunque bien enlazada con la principal de su supuesta enfermedad, que intentaba curar con docenas de pastillas y lavativas y que le dejaban postrado en su velocísimo sillón, que cruzaba meteóricamente la escena, empujado por unos y por otros, acaparó la atención del espectador, atraído por la simpática actuación de la pechugona y bailona madre, otro travesti o transexual buen actor y por el pretendiente de la oposición, guitarrista y aficionado al cante hondo, un verdadero cromo.

 

          Abundaron muchos momentos musicales como enlaces entre escenas y para avivar el intensísimo ritmo o muy pocas veces amansarlo; así como un buen manejo luminotécnico con juegos de luces nocturnos; así como lucieron unos muy originales y actualizados trajes, alguno comprado en El requeté, acordes con otros anacronismos como el uso de móviles o linternas, y otras alusiones a la ciudad cacereña.

 

          En fin, el numeroso público se carcajeó grandemente y por tanto se regocijó alegremente con estos simpáticos canarios que,  se rieron muy graciosamente de falsos pacientes, interesados médicos y casamenteras criadas con una troupe tan disparatada y ocurrente; al final les dispensaron una muy cerrada ovación.

          


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