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LA GUERRA DE LA VUELTA AL COLE

OPINIÓN
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Se acabó el verano. Esta es una de las frases que más se repiten en septiembre. Esta sensación, ya que el otoño comienza oficialmente el día 23 de este mes, se hace real para los niños el primer día de cole. La vuelta al cole supone un gran esfuerzo económico para los padres ya que a los libros de texto hay que sumar el material escolar y los uniformes o  la compra de ropa, porque los niños crecen y no se pueden aprovechar.

 

Los libros de texto son un gran desembolso para las familias con hijos. En 2007 se aprobó la Ley 10/2007, de 22 de junio, de la lectura, del libro y de las bibliotecas. Con esta ley se estableció un precio fijo de venta al público para los editores e importadores. Y solo se da un margen de descuento al librero del  5% que según la propia ley están obligados a respetar. Esto que significa:

 

1.Que un mismo libro sea vendido al mismo precio en todo el territorio nacional, sea en madrid, Barcelona, Cáceres o Badajoz.

 

  1. Que un mismo libro se venda al mismo precio en todos los puntos de venta, ya sea una librería, una gran superficie o un quiosco.
  2. Que un mismo libro tenga el mismo precio en cualquier época del año

 

¿Quién fija el precio? El precio no lo fija el Gobierno ni las Comunidad Autónomas sino que lo fija el editor. Pero esto no rompe la libre competencia ya que los editores o productores deben competir entre sí y compiten muy fuertemente.

 

Pero no todos los libros tienen ese precio fijo. Los libros de textos de primaria y secundaria obligatoria son libres. Y la pregunta es obvia ¿Por qué unos cursos si y otros no? ¿y por qué son justo los libros de la enseñanza obligatoria los que están en régimen de libertad de precio? Pues según la propia norma el objeto es que los distintos “detallistas” puedan competir entre sí mediante la utilización de sus márgenes. Cosa más que curiosa cuando el objetivo fundamental que perseguía la ley era mantener una oferta variada.

 

A la oferta entre librerías y grandes superficies ahora hay que sumar la de algunos centros educativos. En los últimos años algunos colegios, sobre todo “concertados” se ha convertido en librerías ocasionales, ante las quejas del sector que los acusan de competencia desleal. Los colegios concertados son centros de naturaleza privada (porque no son creados por la Administración) aunque son subvencionados en gran medida por la Administración. En muchos de ellos, aunque no en todos,  los centros han pagado su licencia fiscal y pueden hacerlo de forma legal pero ¿es ético que centros que se subvencionan como educativos se lleve a cabo actividades empresariales?

 

Muchas preguntas que quedan sin contestar y que espero que os lleve a reflexionar sobre el tema.


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