Ya hemos entrado en el otoño y ya se van apeteciendo platos calentitos.Todavía no aprieta el termómetro en su caída y no está el tiempo para pucheros. Para lo que sí lo está es para sopitas y si van ligeras de grasa, mejor. Y si gozan del añadido de que solamente contienen vegetales, mis amigos vegetarianos me lo agradecerán.
Quiero, antes, aclarar que no se trata de una sopa. Es una «açorda».
La açorda es un plato típicamente alentejano. Yo no sabría distinguir la frontera entre la açorda y la sopa, por lo que creo que se trata de un concepto filosófico y abstracto que merece ser considerada en congresos como el celebrado en la localidad portuguesa de Portel hace un par de años.
La açorda que presento la comí en una «casa de pasto» la primera vez que estuve en Cuba (villa portuguesa perteneciente al Distrito de Beja, región del Alentejo), acompañada de un vinillo tinto que entraba de miedo.
La açorda lleva hierbas aromáticas en cantidad. En esta es el cilantro el protagonista y que yo pongo entero para que sea más fácil de separar porque hay a quien no le gusta encontrárselo en el plato.
Se llama «açorda de abóbora con feijão». Sopa de calabaza con judías, en castellano.
Los ingredientes no pueden ser más sencillos:
Un puerro.
400 gr. netos de calabaza.
Un tarro grande de judías blancas precocidas.
1. 1/2 L. de caldo de verduras.
Un buen puñado de cilantro fresco.
Una cucharada de aceite.
Y se hace así:
Se corta el puerro en rodajas y la calabaza, pelada, en trozos grandecitos; se rehoga el puerro en una cucharada de aceite. Añadir la calabaza y dar unas vueltas. Apagar con el caldo de verduras previamente calentado. Cuando empiece a hervir, añadir las judías y el cilantro. Bajar el fuego y dejar hacer durante 15 a 20 minutos.
Procurar que la calabaza quede tierna y que no se deshagan las judías.
Añadir la sal al final, teniendo en cuenta que hay que ser generoso con ella, que la calabaza es muy sosa.