RODRÍGUEZ OSUNA NO ES ADVERSARIO PARA ACEDO

Ser socialista no es un defecto. Tampoco es una virtud. Es una consecuencia. La suma de muchos factores: personales, familiares, sociales, educativos y de conciencia. Es una ideología que cambia con los tiempos, que se adapta a ellos, porque no me imagino a Pablo Iglesias con una tablet en una mano y el móvil en la otra. En tiempos del fundador del PSOE y de la UGT a los ex banqueros no les embargaban sus propiedades. Pero sí hay un poso, una cultura que cuanto más te sumerges en ella más piensas que el mundo es cambiable, que el mercado puro y duro no tiene por qué imponer las normas de convivencia, que el IBEX-35 no es un Dios al que hay que idolatrar; sólo un juego para gente con un poquito o un muchito de dinero. Que el liberalismo es un contrapunto. No el punto y seguido…

 

A lo largo de 30 años de escribidor (que se cumplen en junio de 2015), se conoce a políticos de todo pelaje, sean de derecha, de centro, de izquierda o fuerza emergente, como denomina el maestro Félix Pinero a Podemos sin citarlo expresamente. Todos ambicionan el poder, cada cual con una razón más personal que política. La política de finales de los siglos XIX y XX ha dejado de existir. De vocación se ha transformado en profesión y malo cuando un ideal se prostituye por ambición, vanidad o soberbia. Deja de ser un ideal. Está claro.

 

Hago esta reflexión al hilo de los comentarios escritos  en esta web por el maestro Félix Pinero y el director de la misma Francisco B. Gutiérrez sobre las primarias socialistas en Cáceres y Badajoz. Ambos artículos no tienen desperdicio ni posibilidad de ser rebatidos con argumentos coherentes. Las primarias son un brindis al sol, pero solo de cara a la galería. Internamente son una caja bomba que puede explosionar en el momento menos indicado.

 

En Mérida el candidato a la Alcaldía en 2015 es el antipático de Antonio Rodríguez Osuna. Tiene larga trayectoria política pero nunca ha sabido conectar con el pueblo llano y menos con los militantes de su partido. Es fiel al aparato, hasta las trancas, porque le ha dado de comer durante mucho tiempo. Es, como decíamos antes, un político profesional que me recuerda a Pablito Iglesias, el de Podemos o Ganemos, tanto monta monta tanto. Dice justo lo que la gente quiere oír pero se desdice con los hechos. No es cercano, más bien prepotente…

 

Ahora nos cuenta que si el PSOE gana las elecciones corregirá el proyecto de la estación del AVE de Mérida, que se va cerca de Esparragalejo. De concretarse, los taxistas se van a poner las botas. Suponemos que habrá un sistema de autobuses a un euro como sucede en Cataluña. Lo hemos podido probar en Tarragona, Ciudad Patrimonio de la Humanidad como Mérida.

 

Pero creemos que Rodríguez Osuna no tiene nada que hacer contra Pedro Acedo. El alcalde tiene callos en los muñones de tanto llamar a las puertas de los Ministerios. A Rodríguez Osuna, sin embargo, se lo han dado todo hecho. Desde concejal hasta director territorial de la Junta de Extremadura en Badajoz. No se ha tenido que remangar y esforzarse. Es de esos niños mimados a los que la suerte le sonríe. Pero se quedan en eso. En pura fachada  y no es que sea muy grande que digamos.

 

Antonio Rodríguez Osuna será socialista, no lo cuestionamos porque no estamos en el interior de su amplia cabeza, pero le va más la figuración que la acción en la mejora de los intereses de los ciudadanos. Desconocemos si es buena o mala persona. Ahora eso no importa. Lo verdaderamente significativo es que el PSOE se haya cargado a Estrella Gordillo, que estuvo cuatro años en el gobierno local y lo hizo de lujo. Lleva tres años y medio como portavoz socialista en el Ayuntamiento y su oposición, y la de su grupo, es ejemplar. Después de la espantada que dio el catedrático de Historia Ángel Calle tras perder en buena lid con Pedro Acedo, Estrella Gordillo tuvo que asumir un papel que no le correspondía pero lo hizo, y lo hace, con tanta dignidad, que demuestra a diario que el papel de la oposición en el juego democrático es tan importante como el del gobierno local.

 

Cuando Calle se marchó pocos apostaron por ella. Era el patito feo que ni sus hermanos querían. Ahora es un majestuoso cisne blanco que demuestra día a día que el socialismo es posible pese a las dificultades. Estrella Gordillo no tiene nada que ver con Calle. Es mujer, un punto a su favor; es inteligente; es dialogante; y es socialista de pensamiento y de corazón.

 

Los socialistas han apostado por Antonio Rodríguez Osuna. Dijo Corcuera que los experimentos  se hacen con gaseosa. Al contrincante político no se le pueden poner las cosas tan fáciles como ha sucedido en Cáceres y Badajoz. Hay que dar la batalla, pues ya que la familia y los amigos son lo más próximo que tiene una persona, el Ayuntamiento es la Administración más próxima al ciudadano. Y con las cosas del querer no se juega.