Este sábado, 22 de noviembre, toda España está convocada por distintos colectivos sociales a participar en Madrid en una gran manifestación por el derecho del no nacido y de la mujer y para hacer ver al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que su complicidad con el aborto le saldrá muy cara el próximo año en las elecciones generales. El Partido Popular prometió en su programa electoral cambiar la denominada Ley del Aborto, y en eso estaba el ex ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón hasta que Rajoy le paró los pies porque, según se filtró a los medios de comunicación, no le convenía electoralmente.
Alberto Ruiz Gallardón dimitió del cargo, como no podía ser de otro modo, cuando su reforma estaba a punto de ser debatida en el Congreso y hemos podido leer en RELIGIÓN EN LIBERTAD que siente “asco” por lo que Mariano Rajoy y su equipo ha hecho validando la Ley Zapatero, que no es otra cosa, que el asesinato del no nacido. Por los datos científicos a los que hemos tenido acceso, sabemos que la vida es tal desde el momento exacto de la concepción, es decir, desde que el espermatozoide fecunda el óvulo. Marcar supuestos por semanas no es más que mentir a los incrédulos. Dios dotó de órganos reproductivos al hombre y a la mujer para la procreación, dando vida desde el inicio y hasta el final.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, ha sido explícito: “Nadie es quién para decidir quién debe nacer u quién no”. El Papa Francisco observa una gran hipocresía en los gobiernos sobre el asunto del aborto y mantiene la tesis de que no se tiene en cuenta ni la vida del no nacido ni el de la madre, que en lugar de ser inducida a perpetrar un asesinato debería ser ayudada y reconfortada para tener ese hijo y amarlo con toda su alma.
Hay mucho de hipocresía y muy poca educación sexual. Ya lo advirtió en su momento un gran teólogo llamado Benedicto XVI. Según dice el Papa Emérito, la solución sólo puede venir de una “humanización de la sexualidad” que conlleve una nueva forma “de comportarse el uno con el otro” y, además, “una verdadera amistad también y sobre todo con las personas que sufren; una disponibilidad aun a costa de sacrificios, con renuncias personales, a estar con los que sufren. Éstos son los factores que ayudan y que traen progresos visibles”.
La manifestación de este sábado en Madrid debe ser, por tanto, la respuesta de rechazo de toda la sociedad española, con independencia del credo y del signo político, a un Gobierno que es un desastre por donde quiera que se mire. El aborto es un asesinato y los que lo practican, al igual que los que lo consienten, deberían estar en la cárcel. No sé si Mariano Rajoy quiere pasar a la Historia de España como un genocida, pero hasta el momento, en España se practican decenas de miles de abortos todos los años con la connivencia de su Gobierno.
Al presidente Rajoy no le ha importado perder a un buen ministro de Justicia ni incumplir el contrato de alquiler electoral que firmó con una amplia mayoría de españoles que le llevaron al Palacio de La Moncloa. Y lo que más duele es que, encima, deje relucir en sus labios esa media sonrisa socarrona que tiene y que nos está llamando “estúpidos” a todos los que votamos al Partido Popular. El presidente del Gobierno español debería ser desahuciado por la Justicia y puesto de patitas en la calle por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Es un incumplidor y un mentiroso. Al propio Ruiz Gallardón le da “asco” haber pertenecido a un Gobierno proabortista que está en contra de la ley de Dios, de la ley moral y de la ley humana. El aborto es un asesinato, repitámoslo una y mil veces, y no se puede jugar con la vida. Hay soluciones y alternativas factibles, como RedMadre, para las mujeres que se quedan embarazadas sin desearlo. Pero el aborto, asimismo, debiera ser cosa de dos, porque dos participaron en la concepción del hijo desde el minuto cero. Me da lástima que solo se sacrifique a la mujer cuando fue el hombre quien gozó de igual manera y puso la semilla que fecundó el óvulo.
Ciertamente hay mucho de hipocresía y de dinero en esto del aborto, pero el 22 de noviembre en Madrid, España entera va a dejar claro que no se deja coaccionar ni por Mariano Rajoy ni por nadie y que defiende el derecho a la vida del no nacido y de la mujer. Esperemos que la manifestación sea una bofetada en la cara del presidente del Gobierno para que pierda de una vez esa sonrisa estúpida y bobalicona con la que se despierta todos los días.