La confidencialidad de un contrato con el Gobierno de Extremadura dura lo que se tarda en reclamar al Gabinete de Comunicación de Presidencia los datos oficiales, que dudamos sean los reales, del mismo. A finales de la pasada semana, las cifras sobre el concierto que dará el día 30 de diciembre en Badajoz el cineasta Woody Allen eran secretas, en virtud a una cláusula de confidencialidad firmada por el artista. Este martes 16, después de los oportunos retoques –ya se sabe un poquito de maquillaje, colorete, sombra de ojos y lápiz labial–, resulta que Woody Allen le sale más barato a la Junta que Extremoduro y Pablo Alborán: en total, 135.248 euros, que sufragan en distintas cantidades la Junta –que es la mayor con más de 72.127 euros–, Ayuntamiento de Badajoz, Caja Almendralejo y la taquilla por venta de entradas instalada en el López de Ayala.
Estos son los datos que ha ofrecido la vicepresidenta Cristina Teniente y que, para ser sinceros, no nos creemos. Por las cifras que nosotros barajamos y por la información a la que tuvimos acceso el lunes, la cantidad real que se va a pagar a Allen se aproxima más a lo dicho por Juventudes Socialistas de Extremadura, que no iba nada desencaminada cuando cifró en medio millón de euros la actuación en Badajoz del cineasta y clarinetista.
Como ejemplo un botón: ¿cuánto cuesta el viaje Mónaco, desde donde viene a tierras extremeñas-Madrid- Badajoz- Barcelona para Woody Allen y su banda? Otro: ¿y el tour turístico-gastronómico que le tienen preparado por Extremadura? ¿ También está incluido en el caché del neoyorkino?. Señora Teniente no dudamos de su buena voluntad pero, ¿por qué había cláusula de confidencialidad y ya no la hay? Son muchos interrogantes y muy pocas las respuestas, sencillamente, porque no se puede responder sin seguir mintiendo, a no ser que el americano esté cascajo del todo y haya decidido hacer una obra de caridad con los pobres extremeños.
Estamos con lo mismo que con la Residencia Oficial de los presidentes de la Junta en Mérida. Se reúnen este lunes el presidente José Antonio Monago y el alcalde Pedro Acedo, en una jugada perfecta para el primero porque así se vale de la buena imagen del edil. Después de una hora de cita, Pedro Acedo comenta a los periodistas que, según lo acordado, el Ayuntamiento de Mérida presentará un proyecto social para que la casa no se venda. Acto seguido, llega Monago y dice que de eso nada, que la venta sigue en pie y que se escucharán las ofertas. ¿A quién creer de los dos? Nosotros lo tenemos claro pero, ¿cuál de los dos miente?
Sucede como con el Palacete que hacía las veces de embajada de Extremadura en Lisboa y que al final se ha vendido en 2,3 millones de euros, reconociéndose por parte del Ejecutivo regional que ha sido una mala operación y que se ha perdido dinero. ¿Tanta prisa corría vender ese inmueble, mal vendido, para que unos especuladores hagan negocio ahora con él?
Hay cosas que no se entienden. De acuerdo que fuimos los más torpes de la clase y que se nos daban mal las matemáticas, pero ni nos creemos que el concierto de Woody Allen sólo vaya a suponer un monto de 135.248 euros, ni que Monago diga la verdad en cuanto a la Residencia Oficial de los presidentes, ni que al alcalde de Mérida le estén facilitando toda la información ni que el palacete lisboeta haya sido vendido por el precio que se dice.
Y ahí está la oposición, dejando que los periodistas y analistas hagamos su trabajo y a cobrar a fin de mes que es lo suyo. ¿Dónde están PSOE, IU y los regionalistas? ¿Comiéndose el turrón? No, hombre, no, que todavía queda una semana para la Nochebuena, que hay que indagar, investigar, atosigar al Gobierno para que las informaciones que dé sean las reales.
Sinceramente no sabemos qué partido ganará las elecciones autonómicas, pero si no las gana el PP y Monago, los que entren deberán hacer una buena auditoría de todos los contratos firmados y de las posesiones vendidas. Es seguro que se van a llevar alguna sorpresita.
