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10 años tras el tsunami, por Olivier Longuë

OPINIÓN
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… La destrucción del paisaje era algo sobrecogedor pero a mí me impresionó especialmente el silencio, la falta de niños, quizás simplemente porque los más débiles no pudieron ponerse a salvo…

Llegué a Banda Aceh (Indonesia) hace ahora diez años, justo después de que una ola gigantesca barriese literalmente del mapa pueblos enteros de la costa de Indonesia, Sri Lanka, Tailandia…

 

La destrucción del paisaje era algo sobrecogedor pero a mí me impresionó especialmente el silencio, la falta de niños, quizás simplemente porque los más débiles no pudieron ponerse a salvo. Hoy mi mente está con las familias y amigos de las 216.000 personas que perdieron la vida. Pero también con todos los expertos, cooperantes y autoridades que durante estos diez años han trabajado duro para que algo así no vuelva a hacer el mismo daño.

 

Los desastres naturales pueden prevenirse. Podemos ayudar a la población a estar preparada para hacerles frente y mitigar sus daños. Filipinas, un país azotado por más de 20 tifones cada año, nos ha dado alguna lección en este sentido últimamente. Gestionar el riesgo ante desastres naturales puede salvar millones de vidas cada año. Eso fue lo que nos enseñó el tsunami. 

 

Olivier Longué

Director General de Acción contra el Hambre       


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