Qué España la nuestra, qué triste y convulsa, que habría que esperar hasta el día 10 de noviembre de 1948 para que, en el horizonte, se empezara a despejar la incógnita a la salida de la Dictadura franquista y que fuera un adolescente Príncipe, llamado Juanito – “oficialmente” Juan Carlos – para que, tras muchas vicisitudes y “conspiraciones”, el General Franco se decidiera, por fin, a nombrar sucesor al nieto de Alfonso XIII, el Príncipe Don Juan Carlos de Borbón, familiarmente conocido por Don Juanito. El Carlos sería una acepción ligada a los carlistas. Muy difícil sería esa larga marcha hacia la Monarquía y, especialmente, ese viaje de Lisboa a Madrid con ese adolescente que debería proseguir sus estudios en Friburgo, bajo la atenta mirada de ese gran señor y caballero, Eugenio Vegas Latapie, su preceptor. Sin embargo, el sendero sería, muy felizmente, España.
Este es un capítulo muy espinoso y que cuento, detalladamente, en mi libro: ”Juan Carlos: La infancia desconocida de un Rey”, editado por Planeta. Toda una cronología de hechos, hora a hora, acontecen para cambiar el destino de Juanito. Al fin, este conocerá, por vez primera, España. Es una maniobra que se lleva con sumo secreto. Como preceptor, Eugenio Vegas intuye la marcha de su alumno a Madrid, cuando Juanito en Estoril, ante él y su padre Don Juan de Borbón, dice: “Estoy muy triste – Eugenio – porque no vienes conmigo a España”. Estas palabras quedan en el aire de Estoril. Pero todo está preparado para que cambie el curso de sus horas y Don Juanito viaje, al fin, a España para iniciar sus estudios. Es una operación que se lleva muy secretamente. Eugenio Vegas le enviará una carta a su alumno enternecedora, cuando, previamente, el preceptor se había despedido de él.
Todo está presto y dispuesto para que El Príncipe, por fin, venga a España, donde se viven momentos de gran tensión. El día 8 de noviembre de 1948 todo está preparado para un viaje trascendental de Don Juanito – como se le conocía familiarmente -, en el Lusitania Expresso. Acompañado por el Vizconde de Rocamora, el tren se detendría en Villaverde, en el alfoz madrileño. Y Juanito subirá hasta El Cerro de los Ángeles, donde leerá unas palabras alusivas a su abuelo Alfonso XIII, quien, en ese lugar, en 1919, consagraría España al Sagrado Corazón de Jesús y donde la contienda incivil fue muy dura y trágica. Ese sería su primer acto “oficial”. El día 10 de noviembre de 1948, Abc publicaría en portada la imagen del adolescente Príncipe con motivo de su llegada ayer – día 9 – “a España para cursar sus estudios”, reza el pie de foto. Gil – Robles comentará que las demás portadas “presentaban al niño con la pinta de un golfo.” Por fin, Juanito conocería una España desgarrada por la guerra, pobre y solanesca y, especialmente, un hecho luctuoso: la muerte de un chico monárquico, Carlos Méndez, en la cárcel Yeserías, perteneciente a las “Avanzadillas Monárquicas”, que capitaneaba la duquesa de Valencia. ¡Qué triste momento!
Tras una misa y unas palabras en el acto de consagración al Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles, el entonces Juanito o Don Juanito – El Príncipe – cruzará en automóvil, rápidamente Madrid, camino de Las Jarillas, finca de la familia Urquijo – Alfonso, qué gran hombre y su sobrino Jaime Carvajal y Urquijo, que compartiría habitación con Don Juan Carlos – a la salida de la capital de España, cerca de Colmenar Viejo, donde se reunirá, en un “colegio especial”, con un grupo elegido de compañeros. Esa España de posguerra, triste y partida, con lágrimas aún recientes de la contienda incivil, espera a este Príncipe que, un día, soldará a la España de Antonio Machado: ”Españolito / que vienes al mundo / te libre Dios / una de las dos Españas ha de helarte el corazón.”
Allí, en la finca de “Las Jarillas”, se iniciará la larga marcha hacia la Monarquía, tras períodos no exentos de dificultades – en juego la estancia de Juanito -. Por estas calendas, hace ¡nada menos que sesenta y ocho años! llegaría al suelo patrio Don Juan Carlos y, tras su abdicación, el orden sucesorio de Felipe VI. Cuánta paciencia e historia la del Príncipe, – la clave del éxito – padre y, en tono menor, la de su hijo Felipe VI. Así regresaría a España la Monarquía, tras ser proclamada la República el año 1931.
NOTA.- El autor de este artículo narra estos y otros muchos acontecimientos en el libro:”Juan Carlos. La infancia desconocida de un Rey”, editado por Planeta, en la valiosa colección “Espejo de España”. Un libro, según los historiadores, clave para conocer los pormenores de los diez primeros años de Juan Carlos I.