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ISABEL GIL ROSIÑA, EL VALOR DE LA JUVENTUD

OPINIÓN
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[Img #41109]La política es un noble arte hasta que deja de serlo. Pero son los partidos políticos los que, según la Constitución, se encargan de representar a los ciudadanos ante las instituciones, reflejado todo ello en el apoyo electoral que recibe cada uno de ellos. De las urnas, concretamente de los votos, depende la representación parlamentaria en los órganos institucionales, desde el municipio hasta el Gobierno del país. Pero sucede que los hay que están hartos de ver siempre las mismas caras en los puestos de relevancia política, aunque sería negar lo evidente que los partidos se han renovado desde abajo, dando a una mezcla de juventud y experiencia muy necesaria en los tiempos que vivimos. Esto debiera haberse hecho antes, de tal modo  que ahora no se estaría en la encrucijada de los peligros que suponen algunas de las llamadas fuerzas emergentes, esas que vienen prometiendo pan y oro sin tener en cuenta que en un mundo globalizado como en el que nos ha tocado vivir, lo que sucede en Alemania o en Estados Unidos  e Inglaterra repercute sobremanera en cómo hay que actuar en esta España nuestra.

 

Pero hablando de juventud, del valor de la juventud, hacen bien las formaciones políticas en dar paso a nuevas caras, con ideas renovadas, que aporten frescura a las siempre anquilosadas estructuras de los partidos. Es verdad que para dirigir a tanta gente de tan distintas formas de interpretar una ideología determinada es un trabajo ímprobo. Por eso creo que tanto José Antonio Monago Terraza como Guillermo Fernández Vara merecen el respeto de los militantes y de la sociedad en su conjunto, lo que hago extensivo al resto de líderes políticos de nuestra región.

 

Mas hay una diputada en la Asamblea de Extremadura que me cae especialmente bien, aunque mi forma de ver las cosas y la suya difieran un trecho. Militante de Juventudes Socialistas desde los 14 años y perteneciente al PSOE desde los 19, esta pacense llamada Isabel Gil Rosiña  es un valor a tener muy en cuenta porque tiene juventud, capacidad y sentido de la oportunidad.

 

La frase que pronunciaba el 12 de enero de 2015 de que de la Junta de Extremadura solamente habíamos escuchado el clarinete de Woody Allen y las canciones de Pablo Alborán a todos los problemas que hay planteados, me parece genial.

 

En su calidad de portavoz de los socialistas, Isabel Gil Rosiña no perdona. Tiene a Cristina Teniente y a Francisca Rosa más rectas que un capitán a los soldados de un regimiento. Son muchos los temas, y he ahí lo malo, que trata en cada comparecencia de prensa. En mi opinión, da muchos datos importantes y los periodistas se han de limitar a un espacio prefijado en una maquetación o a un tiempo determinado en radio o televisión. La cámara, por cierto, la quiere y le da un poco de dulzor al chili que llevan sus palabras, que no quisiera decir que son dardos envenenados contra Monago, pero casi.

 

De todos los asuntos a los que se refirió el 12 de enero hay dos de especial importancia: que el Partido Popular haya incrementado en más de 36.000 los parados en su legislatura a cargo del Gobierno de Extremadura y que no se acuerde que un cuarto de la población regional está en riesgo de exclusión social, pero no sólo porque lo diga Isabel Gil Rosiña, es que una organización tan importante como Cáritas, con la aportación de entidades independientes, ha hecho un estudio muy serio de cómo está realmente la situación en nuestra región y los datos no son nada halagüeños.

 

Al dejar el PSOE la Junta de Extremadura en 2011, en la región había 114.000 parados. M;onago y sus soflamas no han conseguido bajarlo ni en uno; no solo eso, sino que se ha disparado a 145.000 parados. ¿Dónde están pues las políticas de empleo desarrolladas por el Gobierno del señor Monago? Embuste tras embuste, como el de la reducción de impuestos o la oferta de 7.000 plazas a los jóvenes que se formen. En cualquier caso, alguien miente de verdad porque en sede parlamentaria José Antonio Monago dijo que se habían creado 50.000 empleos. Lo que no dijo, claro, son los que se han destruido en bajo su mandato, ese que pasará a la historia como el gobierno de los viajes a Canarias a ver a su novia, porque UPyD está dale que dale con las preguntas y desde el Gobierno de Extremadura se guarda silencio y la sociedad no olvida, pues el hecho ha sido tan grave y de tales consecuencias que pasará, es más que seguro, pase factura al senador Monago, el de la tarjetas del Senado. Ahora se ha sumado la tarjeta VISA del presidente de la Asamblea, Fernando Manzano, con gastos que cargó pero que no ha explicado.

 

Isabel Gil Rosiña ha demostrado, con creces, que su preparación política, primero en Juventudes Socialistas y después en el Partido Socialista Obrero Español, le ha servido para ejercer con total dignidad el puesto que ocupa. Es la cara amable del PSOE, transmitiendo con energía lo que sus compañeros deliberan en los despachos. Pero insisto, con independencia del sino político, los partidos deben dar oportunidades a los jóvenes para que no entren en un estado de apatía permanente o se dejen llevar por los cantos de sirena edulcorados de las denominadas fuerzas emergentes.


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