EL PODER DE LAS PALABRAS

 [Img #41374]Amigos lectores: » Un soneto me manda hacer Violante, y en mi vida me he visto en tal aprieto, catorce versos dicen que es soneto, burla, burlando van los tres delante…», que dijo el excelso.

 

Yo, soneto no voy a hacer, pues, aun reconociendo la dificultad de su construcción, siempre me pareció un tanto académico y por ello un poco restrictivo de las emociones humanas. Me gusta más el verso libre, porque cuando es sensible el que lo usa, las palabras vuelan sencillas y majestuosas al mismo tiempo.

 

Adoro la palabra, incluso en tiempos como estos tan tecnológicos, tan sintéticos, tan de 140 caracteres. La palabra, bien usada, es puro prodigio. Recuerdo con total claridad un Acto celebrado en la Biblioteca Pública de Cáceres. Desde la Tribuna hablaron dos personas (además de otras, claro): una era un Rector, la otra había sido Presidente de un país sudamericano. Aún recuerdo sus intervenciones. Para llevarte de calle. A donde quieran.

 

La palabra permite la exposición clara. Pero también el debate. El castellano es un idioma riquísimo en ese sentido, tiene vocablos (uno, muchos) para cada cosa o acción, permite las matizaciones, aumenta o disminuye los énfasis.

 

No entiendo por qué hay que despreciarla. No entiendo por qué no juega un papel mucho más importante en la formación de nuestros chicos y chicas. Por qué estos, que son en general adorables y grandes militantes expertos en las nuevas tecnologías de la información, demasiadas veces manejan pocas palabras en su vocabulario. Que es todo un territorio sobre el que vagar.

 

Hablar bien es un don, pero también una técnica que hay que conocer siempre, sobre todo si uno se prepara para manejar, coordinar, potenciar…grupos humanos, no importa que sean de niños preescolares o ejecutivos de traje y corbata.

 

La palabra le da luz al concepto y lo digo yo que tengo formación científica, pero que siempre admiré a los clásicos. Tal vez si el político, el empresario, el docente…hablaran mejor, otras cosas se realizarían con mayor claridad. Lees la prosa de Delibes y te quitas el sombrero, aunque no lo tengas. Hay tantos ejemplos..

 

Buen fin de semana, a todos! De corazón. Dicho sea con palabras de verdad.