![MEJOR MAYORÍA ABSOLUTA [Img #41373]](upload/img/periodico/img_41373.jpg)
He sido el columnista más crítico con José Antonio Monago de los últimos tiempos, al que creo debo unas disculpas si se ha sentido ofendido en lo personal, pero los experimentos hay que hacerlos con gaseosa, como diría el ex ministro del Interior José Luis Corcuera. En los últimos días he dedicado horas y más horas a estudiar la labor realizada tanto por él como por sus consejeros y si bien hay debes no es tan mala como yo creía. El único pero lo encuentro en la vicepresidenta Cristina Teniente, que en su función de portavoz he dejado mucho que desear. Cada martes, tras el Consejo de Gobierno, ha dado noticias absolutamente contradictorias, como la cifra real que se adeuda a los proveedores, y ha cargado contra los socialistas como si fuera oposición, sin darse cuenta de que ella es representante del Gobierno, de la institución de todos los extremeños.
Monago, por su parte, ha sido populista, saltándose el guión fijado en su toma de posesión como presidente. Él le dijo a Interviú que en Extremadura era difícil ser liberal. Ni por asomo su gestión ha sido la de un liberal sino la de un conservador que se contradecía en asuntos como el aborto o la Fiesta de los Palomos en Badajoz. Liberal es aquel que hace primar los intereses de los individuos al Estado y del mercado y que su repercusión se note en la sociedad. Sin embargo, el Gobierno de Monago no ha hecho otra cosa que pedir a papá Estado, endeudándose a un ritmo que traerá consecuencias nefastas en el futuro. 5.000 millones de déficit son muchos millones para devolver en otros cuatro años.
El aspirante a volver a ocupar el sillón presidencial, Guillermo Fernández Vara, ha pasado por ciclos de depresión y euforia. No encajó muy bien la derrota de las urnas en 2011 y le ha costado sobreponerse y ejercer como jefe de la oposición. A tenor de todas las encuestas, incluso las socialistas, el PSOE será la segunda fuerza más votada, muy lejos del PP, y su desgaste se va a Podemos, ya que Izquierda Unida mantendría sus tres diputados. Dijo días atrás Fernández Vara que el problema es que la derecha está muy unida y la izquierda dividida, pero ¿se ha parado a pensar por qué Podemos crece a costa de los socialistas y no de Izquierda Unida? Algo mal se habrá hecho para que los desencantados estén en las filas socialistas y no en la de los populares que mantienen el tipo.
También es verdad que después del letargo habido en el PSOE hasta la mitad de la legislatura, los últimos meses ha dado muestras de que es la única opción de gobierno para la región que no sea el Partido Popular. De momento, como digo, ha recortado en cuatro diputados la caída en libre que tenía y de continuar esta tendencia estaríamos hablando de empate técnico en un mes. Pero ahora toca hacer los deberes si se quiere aprobar el examen del 24 de mayo.
Fuera como fuere, insisto, yo prefiero una mayoría absoluta. No creo que sea el panorama ideal pero sí el menos malo para Extremadura. ¿Se imaginan ustedes que gana el PP por mayoría simple y no se reedita el pacto con IU y hay un tripartito de izquierdas con Podemos en el medio? Habríamos perdido el tiempo y marchitado las ilusiones. No olvidemos, ni por un instante, que soportamos la carga de 145.000 parados y una cuarta parte de la región se encuentra en riesgo de exclusión social.
Todavía queda mucho tiempo para que a José Antonio Monago se le bajen un poco lo humos y sea y ejerza como liberal de verdad, y para que Fernández Vara demuestre que pueden volver a ser un buen presidente. Trabajen, pues, con o sin encuestas, pero siempre ilusionando al pueblo extremeño que les otorga su confianza para que le sirvan, no para servirse de él. Aprendan del Rey Felipe VI que siempre se declara como el primer servidor del Estado. Y lo es, créanme.






