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DALE LA VUELTA A LA TORTILLA

OPINIÓN
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En un anuncio publicitario hecho por actores, cantantes, futbolistas y algunos otros personajes del mundillo del éxito, aconsejan, como actitud perentoria, que le demos la vuelta a la tortilla. El mensaje parece impersonal pero no lo es, se escenifica en un talante distendido y abierto, va dirigido a un  mundo determinado o a las personas que se mueven en ese determinado mundo, está fraguado en un contexto alegre y fácil de entender y resuelve transmitir, a través de una bella metáfora, un descontento general por la situación mundana que nos aprieta los sesos y nos quiebra todos los sentidos y nos mal alimenta y nos mal cuida y nos desasiste y nos olvida, para que los menos famosos, los sin éxito, los perdidos, los solitarios y los desaprensivos, todos los demás de la lista, sepan -sepamos- que estos de arriba poseen la misma sensibilidad y también están hasta las trabillas de tanto enjuague y de tanta miserable burla.

 

         “Dale la vuelta a la tortilla” insinúa una completa necesidad de cambio, de probar la otra parte, de limpiar los socavones y de ponerle a la continuación de la historia un sostén más, un derecho mejor, una idea más pura. No es la frase que ha puesto un partido para intenta ganar las elecciones o puede que sea  el slogan de una campaña tendente a lograr el poder pero ya en las últimas escamas de los huesos, cuando se nadó tanto a contracorriente y en tantas esquinas se sufrieron sustos e incomodidades, ahora qué importa probar cómo sabe la otra parte de la tortilla. Aunque la tortilla la encontremos falta se sal, qué habremos perdido, qué peor que haber estado sin tortilla, que haber sido coetáneos de un terremoto que dejó anegada la dignidad de palos rotos y miserias, qué puede haber detrás de la tortilla que sea peor que un desahucio, un salario mermado, una muerte por hepatitis o una plaza repleta de seres con hambre.

 

         Volver la tortilla será un acto reflejo con su dosis de sorpresa, su entusiasmo, su fantasía y todo el placer que supone el descubrimiento de lo inaccesible y lo prohibitivo; será escavar en nuevas partes de la tierra, tener la opción de vivir un momento importante y participar activamente en él, de ponerle pasión a la tortilla y comerla con la mejor voluntad a sabiendas que fue producto de un sueño meditado y colectivo. Si sale mal con volver a intentarlo mil veces escribiremos mejores renglones para la historia que estos de ahora tan anodinos y funestos. Digo yo.


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