No pienso que el alcalde placentino, presidente de la Fempex y portavoz de campaña del PP para las elecciones de 24 de mayo, Fernando Pizarro García-Polo, sea un adulador, como le acusan todos sus adversarios políticos. Opino que no dice lo que el otro quiere oír sino que su exquisita educación, la de un profesor de Música –persona delicada por tanto–, le hace diferente a los demás. No tiene, o es raro, una mala palabra con nadie, pero como son las acciones las que cuentan, habría de ser analizado por sus cuatro años de gestión eficaz para Plasencia desde el Ayuntamiento y ésta ha estado cuajada de éxitos lo que debería, por tanto, darle la reválida dentro de tres meses. El único problema es que la derecha en Plasencia está muy dividida, más desde que haya irrumpido como una mosca cojonera el ex alcalde del PP, José Luis Díaz Sánchez, que se presenta no por el bien de los placentinos, sino en contra de su antiguo partido, tras no fructificar las negociaciones para que fuese diputado a la Asamblea, y contra su propio hijo Luis Domingo Díaz, que concurre como número 6 de la candidatura de Pizarro. Victoria Domínguez, por Ciudadanos, también está a la derecha, pero mucho más moderada y sin intereses espurios como los que persigue el anterior regidor de la capital del Jerte.
Pero considero que a Fernando Pizarro hay que juzgarle por estos primeros cuatro años de alcalde de Plasencia por la gestión, y pese a los muchos inconvenientes surgidos por la crisis, ha sabido sortear el temporal y las arcas públicas no han sufrido –no como las del Gobierno de Monago–y su equipo placentino y él han logrado reducir la deuda a la mitad y si no existiera el problema de las huertas de la Isla, se cumplirían los criterios impuestos por el Ministerio de Hacienda. Además de reducir la deuda se han aumentado un 30% las subvenciones destinadas a entidades sociales, se han habilitado ayudas destinadas a la puesta en marcha y mantenimiento de pymes, se han bajado impuestos y tasas, se han realizado bonificaciones fiscales…
¿Cuál ha sido el secreto para lograr esto? Nos preguntamos. Gracias, nos cuentan, a las licitaciones de los servicios públicos –se mantienen, incluso, se mejoran los servicios pagando un precio más justo y acorde al mercado–, se ha eliminado el gasto superfluo, bajando el sueldo de los políticos, reduciendo el número de liberados, limitando el personal de confianza. Estableciendo una serie de criterios, pues, desde el principio de la legislatura que año tras año han ido dando sus frutos.
En cuanto a obras, en esta legislatura se han realizado la obra del Arroyo Niebla a través del Ministerio de Medio Ambiente, se están iniciando las obras de la entrada a Plasencia por la carretera de Montehermoso, un desdoblamiento que conectará con la A66, está presupuestado el proyecto de Martín Palomino, la mejora y ampliación de la depuradora, la puesta en marcha del PAE, el centro de recepción de visitantes, la puesta en valor del Museo Catedralicio o el estudio de infraestructuras de la ciudad, son algunas de las principales acciones de otras administraciones.
Asimismo, se ha realizado la reforma integral de la Calle San Cristóbal, se inicia ahora la Calle Sor Valentina Mirón, se han mejorado todas las instalaciones deportivas, reformas en todos los pabellones, nuevos edificios, pistas de atletismo, vestuarios e incluso un nuevo campo de césped artificial. Se ha puesto en funcionamiento un sistema integral de mantenimiento bajo la premisa «no se trata sólo de inaugurar hay que mantener» realizando importantes inversiones en lugares de ocio.
Pero amén de las grandes obras realizadas esta legislatura ha servido para poner orden en los barrios, atender sus demandas, organizar «la casa por dentro», se han realizado sendas peatonales que unen la ciudad, nuevos parques en zonas degradadas, las campañas de asfaltado han llegado a lugares que llevaban más de 40 años sin asfaltarse. Se han establecido un sistema de prioridades con los barrios en los que cada año se realizan las obras más urgentes, atendiendo a las demandas de los vecinos.
En medio ambiente se han puesto en marcha un plan estratégico de protección del monte Valcorchero, potenciando los usos tradicionales del mismo, eliminando la posibilidad de edificar más en el monte público. Se ha realizado un estudio de eficiencia energética para la mejora integral de la iluminación de la ciudad, con un plan plurianual que pretende no sólo mejorar la cantidad de luz, también la calidad y la protección al medio ambiente.
También en accesibilidad se han adaptado todos los edificios públicos para diferentes discapacidades, rebajándose los pasos de peatones y se han iniciado obras para la eliminación de barreras arquitectónicas como la Calle Clavero. Asimismo, se ha puesto en marcha el cambio de modelo productivo con la apuesta por el turismo y los servicios sociales como nuevos yacimientos de empleo encaminados a que Plasencia recupere su vocación de Ciudad de Servicios.
Esto y mucho más es todo lo que se ha hecho o se está haciendo el “adulador” de Fernando Pizarro en su ciudad, la cuarta de Extremadura y un lugar ejemplar. Puedo estar equivocado, pero éste es el mejor alcalde que ha tenido Plasencia desde Cándido Cabrera González, recientemente fallecido. Y como Monago no es tonto y lo sabe le ha colocado de jefe de campaña, para ver si saca algún rédito electoral. Fernando, obviamente, no podía negarse, pero me indigna que utilicen su buen nombre para sacarse las ascuas del fuego después de cuatro años a la Luna de Valencia.