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La brigada ‘Extremadura’ XI rinde homenaje al general Menacho en el 204 aniversario de su muerte

BADAJOZ
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La brigada de infantería mecanizada ‘Extremadura’ XI ha rendido este miércoles en la ciudad de Badajoz un homenaje al general Rafael Menacho y Tutlló con motivo del 204 aniversario de su muerte y coincidiendo con los 50 años de esta brigada ubicada en la base de Bótoa.

[Img #42218]El general Francisco José Dacoba, junto con el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, y el vicario general y deán de la catedral pacense, Sebastián González, han asistido a este acto celebrado en el exterior y el interior de la Catedral de Badajoz con la participación de la sección de época del regimiento ‘Castilla’ y guiones y banderines de la brigada XI.

 

En concreto, ha consistido en un acto militar de revista de fuerzas y en un homenaje a los caídos junto a la tumba del general Menacho en el claustro de la Catedral.

 

En declaraciones posteriores a los medios, el general Dacoba ha explicado que el acto pretende recordar la figura del general Menacho y a toda la ciudadanía de Badajoz cuando hace 204 años civiles y militares «dieron un paso al frente para defender aquello en lo que creían», y que «consideraban suyo, su familia, su gente, sus bienes, su futuro» y para «defender su patria».

 

«Eso es lo que queremos conmemorar hoy porque nosotros, como actuales soldados de España, lo que necesitamos es recordar a quienes nos precedieron y a quienes nos dieron tan magnífico ejemplo, porque eso siempre es muy necesario y muy reconfortante», ha señalado.

 

Al mismo tiempo ha reconocido que su «idea» es «recuperar» e «institucionalizar de cierta manera» este homenaje porque «los aniversarios tienen la fuerza de ayudarnos a recordar y de mirar hacia atrás para tomar impulso hacia el futuro».

 

Del mismo modo ha aseverado que coincide con el 50 aniversario de la constitución de la Brigada XI y que es «uno más» de los actos, aunque «relevante», para rememorar esta efeméride que tendrá continuidad en los próximos meses, según ha adelantado, con actos de carácter público en Badajoz, como la celebración del Día de las Fuerzas Armadas o actividades culturales como exposiciones históricas que está «cerrando» y que tendrán lugar en el Palacio de Capitanía.

 

SEMBLANZA DE RAFAEL MENACHO

 

El acto también ha contado con la presencia del cronista oficial de Badajoz, Alberto González, que ha explicado a los periodistas que el general Menacho, nacido en Cádiz en 1766, fue nombrado gobernador militar y político y civil de la plaza de Badajoz en unas circunstancias «muy difíciles» para la ciudad, cuando estaba cercada por los franceses en la Guerra de la Independencia, por lo que «tuvo todos los poderes, como se requería en aquel momento, para articular de un modo eficaz la defensa» y «lo hizo muy bien».

 

Ha agregado que estuvo en Badajoz solo seis meses y que era un gran militar que ya había en distintas acciones en la Guerra de la Independencia en Extremadura, así como que hizo una «defensa activa» por la que «desde dentro atacaba a los de fuera» lo cual «parece menos normal en este tipo de circunstancias».

 

«Justamente cuando dirigía desde el baluarte de Santiago, donde después se le hizo el primer monumento, cuando estaba dirigiendo una salida de unos regimientos que iban a destruir unos cañones del enemigo, estaba naturalmente sobre la muralla, y fue la mala fortuna de que una bala le acertara de pleno», ha indicado explicando que «con la artillería de aquel momento era difícil» y que «murió de manera instantánea».

 

Para Alberto González, su muerte en 1811 «supuso un descolocamiento de la defensa de la ciudad» porque el jefe que le sucedió no tenía su capacidad de obra y decisión «de tal manera que cuando la ciudad podía mantener la resistencia la entregó al enemigo de una manera ignominiosa».

 

Ha hecho hincapié además en que «tan encrespados estaban los sitiadores contra el que los había mantenido a raya 40 días» cuando «lo normal era mantener que en 10 o 12 días una ciudad fuera tomada» que para evitar que profanaran su cuerpo lo enterraron de una manera secreta en el lugar «más recóndito que encontraron», la cripta de la Catedral.

 

«Tan secreto fue el enterramiento que se perdió la memoria de dónde estaba» y un cronista oficial de Badajoz, Agustín Moreno y Morera, descubrió donde estaba su tumba trasladando sus restos a un nicho en el claustro donde descansan actualmente, ha concluido.


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