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NICO JIMÉNEZ Y GASTROMÉRIDA, UNA COMBINACIÓN PERFECTA

OPINIÓN
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[Img #42290]Tengo la duda de que los humanos procedamos del mono o del caracol. No lo digo por los cuernos sino por nuestra afición al sol, ese sol que este fin de semana ha iluminado toda la región y ha hecho que ésta se llenase de turistas y que los paisanos pudiésemos darnos un respiro y dejar el abrigo en el armario, aunque tengamos que cogerlo algún día que otro. Pero el preludio de la primavera es prometedor y más con unas temperaturas tan agradables que hacen de Extremadura un destino maravilloso. Cada vez que veo las terrazas llenas, las tiendas abarrotadas, los restaurantes sin mesas libres, los bares con una algarabía de gente…, me da alegría. Una vez que el sector del ladrillo dijo hasta aquí hemos llegado, el sector servicios, las pequeñas y medianas empresas y los autónomos, son el motor de una región que o vive del turismo o no vive, así de claro. El campo de momento está a verlas venir; las pocas grandes industrias se localizan en Badajoz una vez se dejaron ir el rico tejido industrial emeritense; por lo tanto, hasta que no se consolide la recuperación económica y se estabilicen las balanzas de ingresos y gastos, el turismo es el único motor que puede salvar a la región. Creer lo contrario es engañarse a uno mismo.

 

Por eso no termino de entender que el presidente del Gobex, José Antonio Monago, cerrase y vendiera la embajada de Extremadura en Lisboa, cuando lo coherente hubiese sido abrir otras en Francia, Italia, Alemania e Inglaterra. Embajadas que no solo actuarían como oficinas de información turística sino también como impulsoras del turismo que nos visita y que principalmente son de estas nacionalidades. Las cifras de visitantes este fin de semana en Extremadura deben haber batido récords, pues únicamente en Mérida era imposible almorzar o cenar en cualquier restaurante si previamente no habías hecho la reserva. Las calles de la capital extremeña rebosaban de entusiasmo por conocer y por saber y los selfies estaban totalmente a la orden del día en los principales monumentos de la ciudad.

 

Un añadido a lo anterior fue GastroMérida, una feria gastronómica celebrada en la avenida Fernández López, justo enfrente a la residencia oficial de los presidentes de la Junta –de su posible venta no se ha vuelto a saber nada, así como del proyecto que tenía que presentar el Ayuntamiento para evitarla–, y que ha sido un verdadero éxito tanto por la feria en sí como por el número de personas que han pasado por ella. Justo es de reconocer, por tanto, la labor realizada por el equipo de gobierno y en concreto a Óscar Baselga, comisario de la candidatura de Mérida a la capitalidad gastronómica iberoamericana de 2016, quien se puede apuntar el tanto importante de saberse rodear de buenos profesionales.

 

Y entre esos artífices de GastroMérida está Nico Jiménez, quien lleva grabada la e de emeritense y de extremeño a fuerza de cortes de jamón ibérico de bellota. Maestro cortador y organizador de eventos, además de disponer de dos tiendas en la ciudad, Nico es premio a la mejor trayectoria profesional gastronómica, campeón de España “Cuchillo de oro” y tiene en su haber dos Guinness World Records, amén de una galería impresionante de fotografías con personajes de todos los ámbitos, incluidos los Reyes, que han degustado el jamón ibérico de bellota extremeño como solo él sabe cortarlo.

 

Su stand en GastroMérida era una hervidero y a todos los comensales trataba por igual, ataviado con un traje blanco que destacada especialmente sobre el resto de los feriantes. Que es un maestro cortador nadie lo cuestiona, pero yo tampoco descartaría que sabe un rato de marketing y de cómo vender sus productos. No quiero con esto desmerecer al resto de la treintena de profesionales de productos extremeños que se daban cita en la feria y quede constancia que no probé ni una lasca de jamón, pero la estética cuenta mucho en este tipo de eventos y él tenía perfectamente montada la suya, cómo la quería y cómo iba a llegar más al público. Incontables son las raciones de jamón que ha podido servir durante los tres días que ha permanecido abierto la feria.

 

Son actos de este tipo los que llaman la atención de paisanos y foráneos y los que deben potenciar nuestras autoridades porque, repito, Extremadura es una tierra por conocer y todo lo que se invierta en turismo desde los poderes públicos será devuelto con creces. Ya no somos la región de pobrecitos que se pensaban en Madrid o en Barcelona. Ahora tenemos una infraestructura que hay que mimar al máximo para que la gallina de los huevos de oro no se eche a perder. Y debe ser una labor de todos.


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