Digital Extremadura
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[Img #43046]Los datos que manejan unos y otros a falta de mes y medio para las elecciones del 24M dan mayoría simple al PSOE, con cuatro o cinco diputados en la Asamblea por encima del PP. Podemos se mueve en una banda de cinco a siete y Ciudadanos de tres a cuatro. El resto, como es el caso de IU desaparece y los regionalistas pasan también a la historia después de la traición al PSOE en la actual legislatura. Parece que los electores van marcando su terreno y poniendo las cosas en su sitio.

 

He de decirles que si la historia terminase como la cuentan las encuestas que barajan socialistas y populares no me extrañaría ni un ápice. El periodo de sesiones que ha terminado se ha caracterizado por la bronca permanente de un hombre, llamado José Antonio Monago Terraza, que nunca ha estado a la altura de lo que debe ser un presidente de gobierno. Desde el minuto cero se instaló a la defensiva y en la descalificación política y personal, como si fuera una especie de líder de la oposición de la Inglaterra de principios del siglo XX, y de ahí no hubo manera de bajarlo. Gran ejemplo de altura política ha dado Guillermo Fernández Vara no entrando al trapo de sus asaltos. El socialista sabía y  sabe que la Asamblea no es un cuadrilátero de boxeo, sino un órgano para exponer y debatir políticas que mejoren la vida de los extremeños. Pero Monago, de noviembre hasta ahora, ha perdido la chapeta. No ha superado su exposición pública ni que le pillaran con las manos en la masa en el caso de las Canarias y ha entrado en una rueda de despropósitos tal que parece un ratón atrapado en una jaula.

 

La última del líder de los populares ha sido el rap donde, según sus asesores, “Extremadura es la única doctrina”. Dice Monago que la gente joven habla otro lenguaje y que él quiere hablarles de la misma manera. Que pregunte a los jóvenes qué piensan del rap. Yo lo he hecho. Incluso he tenido acceso a las redes donde estos se mueven. Echan pestes, por no decir que lo más bonito que le dicen a la señorita que lo canta es “vendía”. Es lo que ha vuelto a conseguir: el rechazo prácticamente unánime de una juventud que pasa de música y que quiere trabajo. El rap es un canal de expresión de insatisfacción y un presidente que no genera trabajo para evitar que su juventud emigre de su tierra es un mal presidente.

 

José Antonio Monago es un bronca y la bronca no gusta en Extremadura. Lo vemos cada tarde en el programa que conduce en Canal Extremadura Televisión mi querida Lola Trigoso. La nuestra es una región amable, que saca el ajuar de boda a la plaza del pueblo para que las cámaras vean todo lo que haya que ver y más. Los pueblos que visita la tele autonómica se desnudan por completo y nos hacen conocer una Extremadura bondadosa y honesta, donde desde el alcalde hasta el muerto resucitado hablan maravillas los unos de los otros. Después cada cual, en conciencia, votará a quien le dé la gana, pero esa es la tarde del pueblo y Lola Trigoso nos acerca porciones de una tarta digna de catar.

 

Es el mensaje que ha sabido captar perfectamente Guillermo Fernández Vara. Me lo dijo el primero de enero cuando hablamos por teléfono o en otro encuentro casual en la calle: a él que no le buscasen en las broncas, él era un hombre tranquilo y la suya iba a ser una oposición de igual manera. Dicen que se está radicalizando un poco a medida que se acercan las elecciones. No lo creo, pero es que aquí las pintan calvas, como dicen en mi pueblo, porque Monago no ceja en su empeño de buscar la bronca por la bronca y mientras que hay un déficit de 3.000 millones de euros y 150.000 parados él se sube el sueldo un 6% con respecto al 2012, ganando más al año que el mismísimo presidente del Gobierno.

 

Fernández Vara conoce a los extremeños porque ha sido presidente de la Junta de Extremadura y ha tratado con todos y cada uno de ellos. No ha primado a una localidad por encima de otra y tiene un proyecto, firmado ante notario, de que en seis meses le da la vuelta a la región y que, de lo contrario, se va para su casa. Eso no lo hace Monago ni con rap ni sin rap, porque ni tiene ideas, ni proyectos ni medios para transformar la región que ha empobrecido y de qué manera. A él le van más las bravatas o las bravuconerías. El decir que es el macho de la manada. Considerarse el mejor porque su cohorte de aduladores pagados con los impuestos de todos los extremeños, que no son pocos, así se lo dicen a diario. Pero que se vaya preparando, porque me ha soplado un pajarito que la semana que viene la tendrá calentita y subidita de tono.

 

Más que con los datos yo me quedaría con las actitudes y es lo que pienso hacer el 24M cuando deposite mi voto en la urna. ¿Quiero un presidente bravucón, más paro y más deuda? ¿O quiero a otro tranquilo, que no se deje llevar por acaloramientos y no busque bronca porque sí continuamente, que se pare a estudiar la situación y dé soluciones a los problemas reales de mi tierra ? Reflexionen pues. Después no valdrán las lamentaciones y el yo pensé qué…


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