INTELIGENCIA EMOCIONAL Y LAS RELACIONES TÓXICAS

[Img #43728]En muchas ocasiones, las relaciones destructivas, las  tenemos más cerca de lo que creemos. Suelen ser relaciones con  personas que no te hacen crecer ni evolucionar. Aunque debemos recordar, que nosotros permanecemos al lado de ellas voluntariamente, con lo cual, de alguna manera, somos nosotros los  que decidimos…

 

El respeto y la comunicación, son claves en las relaciones, pero a veces  se hace invisible la forma en la que nos movemos e invaden  nuestro espacio haciendo pequeña a la otra persona, con comentarios absurdos e incordiando sobremanera.

 

Hay miles de excusas para aplacar y justificar a las personas que queremos. A veces con el tiempo se van deteriorando las relaciones debido a la confianza malentendida. Se va acorralando a la otra persona, con pequeños comentarios y prohibiciones, de los vínculos sociales, bloqueando  esa energía que nos aportan  las personas positivas  y que  nos lleva a una conexión especial entre unos y otros. Son relaciones destructivas.

 

Las relaciones sanas, permiten que ambas relaciones crezcan,  y cambien de manera productiva. Hay algunas señales que son indicadores de que debemos abandonar una relación tóxica.  Cuando no te sientes en sintonía con una persona y al estar con ella no te sientes cómodo/a, o estáis en caminos diferentes, cuando guardas resentimientos hacia alguien, es mejor abandonar la relación. Dejar ir a personas que no nutren tu propio yo, es fundamental para crecer personalmente, aunque nos parezca muy doloroso.

 

Debemos marcar distancia porque antepones tu felicidad por ellos/as, porque limitas tus oportunidades en la vida y tu libertad, para hacer lo que a esas personas se le antoje y por ello, es el momento para alejarse.

 

Se necesitan dos personas para que una amistad funcione y la energía entre ambas fluya.

 

Somos los únicos responsables de nuestra felicidad. El corazón siempre nos dicta qué camino seguir.  Esto significa que te amas porque tu autoestima está sana.

 

Somos quienes somos, gracias a aquello que hemos perdido. Basta con mirar a la otra persona a los ojos, preguntarle para saber que alguien no te estima. No pasa nada por descubrir el desamor en alguien. No es verdad que debamos aguantar de por vida, cada situación o persona que no nos gusta. Tenemos el poder de decisión.

 

La base para dejar ir una relación tóxica es porque estamos sintiendo un sufrimiento innecesario, o ya no sientes que ni estás aportando nada ni estás recibiendo nada. El intercambio ha llegado a su fin.  Es difícil abandonar una relación cuando las emociones están por medio, pero la clave es la coherencia. Principalmente debemos respetarnos a nosotros mismos, cuando las relaciones no contribuyen a un beneficio, es mejor abandonar. Es un proceso individual.  Nadie es más responsable de la vida de uno mismo que uno mismo. Acogerse a la actitud de víctima no nos lleva a ningún sitio.

 

Cuando existe el maltrato o insatisfacción en una relación, ya sea de amistad, de pareja o laboral, la distancia es la mejor herramienta para alejarse. Estamos en una sociedad disfuncional que no nos han enseñado a gestionar las emociones y necesitamos ser objetivo, volver a uno mismos con la introyección y dejar de soportar un sufrimiento incensario.

 

Observar si nuestra autoestima es sana y positiva, es muy importante. Lo mejor es trabajar con uno mismo. Lo mejor es ver la realidad tal y como es y aceptarla para darle solución. Puede existir una buena persona pero si su esencia no está alineada con el comportamiento, no nos sirve. Si esa persona nos hace daño, lo mejor es alejarse….

 

Con la inteligencia emocional, aprendemos a conocernos, a tener un autoconocimiento que nos permite adentrarnos en nuestro interior para tener consciencia y corregir las debilidades que nos acechan. El cerebro tiene cambios asombrosos y con ello, las emociones. La neuroplasticidad es la respuesta que el cerebro brinda al estilo de vida. Nadie está condenado a aguantar nada en contra de su voluntad. Estamos dotados de un poder interior que nos permite cambiar un vínculo, rompiendo con el rol que hasta ahora estábamos aceptando (salvador, perdedor, sumiso/a…). Esta conducta nuestra, desactivará el poder que la otra persona posee. Con una actitud de cambio, aprenderemos a poner límites a las personas que fabrican patologías.

 

Recordemos que las emociones se contagian, y es muy importante mantener relaciones con personas positivas. Acerquémonos a ellas y pongamos límites a todo aquello que nos perjudica.

 

Un abrazo intenso.

 

Dedicado A TOD@S Y muy especialmente a mi equipo del Proyecto “Nosotras Emprendemos” de la UPE de Cáceres  y en especial a mis alumnas.

 

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