Cuando Obama ganó contra todo pronóstico, por la fuerza de muchos que lo ayudaron, el mundo se las prometió muy felices. Es nuevo, innovador, entiende la política de otra forma… -dijeron- Luego, la cotidianidad empezaría a “empañar” sus logros iniciales, y hoy nadie sabe si será tipificado como un buen Presidente, aunque son innegables algunos de sus logros.
Yo he decidido que voy a hablar poco del pasado. Por su escasa rentabilidad. En cuánto citas algo hecho cuatro años antes del momento en que vives, te conviertes en bisexagenario y ya nadie te escucha, por viejo. Y que no te hagan caso puede pasar, pero que ni te escuchen… Ya notan ustedes el tono irónico.
La trivialidad y el gusto por la bisutería, en tantos campos, ha impregnado (también) las interpretaciones públicas de los “mundos” en jaque, así que todos a jugar a la moda vigente, que no es otra que pretender que partimos de cero en cada una de las esferas de la vida, también en la acción política. Imagínense si algo así hicieran los científicos.
Llega luego Manuela Carmena, la candidata de Podemos a la Alcaldía en Madrid y destruye las encuestas, se adelanta por la izquierda a otros concursantes y deja a todo el mundo sensible con la boca abierta. Pero ese es otro cantar…-nos dicen-
El otro día estuvo Zapatero en Plasencia. Se nota que ya tiene hecho su “duelo” particular. Bromeó con la “herencia” y el “talante”, lo cual refleja su madurez y su equilibrio. Aun así citas su nombre y recibes algún que otro correctivo. Nada nuevo, sucede siempre con quienes “adoran”, o dejan de hacerlo, a quienes dice la mayoría (o la opinión publicada y las encuestas). Habló de bonhomía, fíjense lo “trasnochado”…
Todo volverá a la normalidad, las aguas a su cauce, pero nada será como en estos últimos tiempos, llenos de improvisación, recelo, rabia, dudas… Habrá que aspirar al punto medio, aquel en el que nos congreguemos la mayoría. A un lugar de templanza, donde se respete el saber, la bondad, la organización, las tareas bien hechas. La lucidez. Busco la palabra “espléndido”: “magnífico”, “admirable” “muy bueno”. Y sí, conozco espléndidas individualidades que pueden hacer su parte muy bien, dentro de proyectos colectivos, donde todos se sientan representados. Y concernidos.
Oigan que me gusta la palabra “concernido” del verbo “concernir”: “tocar a una persona una responsabilidad u obligación”.
Difícil está, pero quien sabe…