En la vida te cruzas con mucha gente. Pasan por tu vida y tu pasas por la de ellos. Unos llegan, otros se van, algunos se quedan para siempre. Santiago Castelo, extremeño de Granja de Torrehermosa, poeta, escritor, periodista y como todas las buenas personas, un amante fiel de la gastronomía, llegó a mi vida para quedarse. Recuerdo hace algunos años que nos encontramos en la Ventilla del Camionero, restaurante situado junto a los túneles de Miravete. Era Subdirector de ABC, Director de la Real Academia de Extremadura y un hombre querido por todos los que le conocían. Me dijo: “Úsame Guillermo, siempre que Extremadura me necesite ponme a mí por delante”. Y siempre que lo necesité para Extremadura, acudió raudo y veloz. Es Medalla de Extremadura y ha sido uno de los mejores embajadores de Extremadura en la capital del reino. Monárquico leal y un hombre culto que sabía serlo sin tener que demostrarlo a cada momento.