UN ETERNO Y PROVOCADOR CREÓN

En la noche de este jueves, día 4 de junio la madura Compañía Saraghina de Stalker acentuó el calor reinante en la Plaza de Las veletas con un helador y tenso montaje, creado con gran originalidad a partir de La Tebaida, tragedia del clasicista francés del XVII, Racine, que se inspiró en Los 7 contra Tebas de Esquilo y Las fenicias de Eurípides escenificando el más trágico tema de la antigüedad europea; se basa en el más absoluto odio fraternal, superior al conflicto de intereses para ocupar el trono tebano. No es el orgullo de Creón, es él mismo lo que odio, se dicen los fratricidas hermanos.

[Img #44460]Pero este, a pesar de lo dicho, no es un montaje para llevarlo al Teatro Romano de Mérida y pese al enfrentamiento de los dos hermanos: el mayor Etéocles, o sea el muy serio actor y de voz profunda Iván Ugalde, y Polinices, el más joven y conflictivo Georbis Luz, los cuales, presos de su devorador cainismo, se van aniquilando progresivamente, con la complacencia del instigador Creón, el hierático Jesús Calvo, que se opone a la conciliadora Yocasta, la escuálida y desoída madre que no quiere ver la sangre de sus hijos, concebidos por el incesto con su hijo Edipo; pero ella, en una dura y desnuda escena, se embadurna sádicamente  con dicha sangre.

 

La dramaturgia simplificadora de Manuel De y con su brechtiana dirección pretenden potenciar su mensaje anticainita con frecuentes proyecciones fílmicas (sobre las varias guerras civiles) o de varios textos y a base de rompedores discursos mitineros o seudodemocráticos utilizando el micro y de fondo una partida de ping-pong. Aunque intentaban explicar la obra y captar la benevolencia y la atención del público, éste estuvo frío e incluso algunos no aguantaron tanta tensión y originalidad y  se salieron.

 

 Su simple escenografía: un círculo elíptico en el centro de la escena bien iluminada, por el que rotan, juegan y se encabritan los cuatro actores: demuestran una enorme dominio de expresión corporal y oral, con una gran proyección y modulación tonal la sostenida tensión de esta tan dramática obra; aunque dicha tensión, cuando llegaba al paroxismo o la catarsis, se rompía con los citados recursos distanciadores a lo Brecht. Admiramos su sorprendente originalidad y su excelente interpretación, aunque estas no calaron mucho en el reducido público asistente, que cerró la espectacular obra con unos corteses aplausos.