Esta mañana salí de Madrid muy temprano, tras las entrevistas de ayer, para poder estar en Mérida a la hora de la reunión con PODEMOS. La hicimos donde decidieron ellos, porque la primera se hizo donde propusimos nosotros. Y ahí quiero hacer una primera reflexión. Porque sé que hay gente que no entiende lo que hoy hemos hecho. Dialogar significa hacerlo de igual a igual, de uno a uno, cara a cara. Nosotros tenemos 30 diputados y ellos 6. Nos hemos reunido 6 con 6. No es un gesto de debilidad por nuestra parte sino de fortaleza. Lo haré igual con Ciudadanos y el PP en el futuro. Hablar de igual a igual. ¿Tanto cuesta entenderlo?
Hemos ido a reunirnos al lado de una Corrala, que significa pobreza y sin techo. Yo no estoy de acuerdo con la ocupación de viviendas porque creo que la democracia se sustenta en el respeto de la ley . Y no justificaré nunca a quien lo haga. Por dos razones. Porque al lado hay otras familias que las pasan canutas para pagar sus hipotecas y sufren también para hacerlo y lo hacen. Y porque demuestra que es el fracaso del sistema. No hay que vacunar a esta sociedad frente a los desahucios de los que no pueden pagar, sino todo lo contrario. Para que se generen anticuerpos y asumamos de una vez por todas que si te echan de tu casa, te están echando de tu vida. Y eso no puede ser si no pagas, no porque no quieres sino por que no puedes. No puede ser.
He recibido muchas críticas por hacerlo. Siento haber decepcionado a los que piensan que no debería haberme prestado. Pero creo que hice lo que debía. Porque aquellas personas que viven de okupas, sin luz y sin agua, son la consecuencia de un fracaso del sistema. Y no olvidaré al taxista que me llevó de La Estación de Zaragoza al acto que los socialistas hicimos hace unos meses. “Usted es Vara, el extremeño. En casa todos votábamos al PSOE. Yo lo voy a seguir haciendo. Pero mi mujer y mis hijos dicen que les han fallado”.
El problema no es la CORRALA, sino que exista tanta pobreza.
Guillermo