Cáritas Diocesana de Plasencia (Cáceres) ha atendido a un total de 14.476 personas durante el año 2014, lo que supone 928 más que en el ejercicio anterior, según se recoge en la memoria de 2014 de Cáritas.
De esta memoria de 2014 se desprende que el 21 por ciento de las personas atendidas, es decir, 3.058 persona fueron «nuevas atenciones» ya que antes no habían recurrido a la institución, un dato muy inferior al de 2013, ya que fueron 6.358 las personas nuevas que acudieron a la institución en 2013.
Ante estos datos, el director de Caritas Diocesana de Plasencia, Pedro Javier Díez, ha considerado que «los datos macroeconómicos son innegables» sobre la mejora del país, pero que en «la microeconomía» se produce «un estancamiento y en muchos casos se está agudizando el problema» ya que cuando «una persona toca fondo al final el prolongarse durante mucho tiempo en ese fondo» hace que se añadan a los problemas económicos «problemas familiares, problemas de salud, e incluso de salud mental».
Así, ha apuntado la «capilaridad» de Cáritas ya que es «difícil» el que la institución «llegue a personas a las que no haya llegado ya» al estar implantada en toda la diócesis con las Caritas Parroquiales por lo que es «más difícil el encontrar nuevas personas».
En cualquier caso, Pedro Javier Díez ha reconocido la existencia «de una pobreza vergonzante», que es la de aquellas personas «que les cuesta mucho dar el paso y pedir ayuda» lo que hace que los agentes de Cáritas «tengan que llegar casi a la puerta» de las casas y cuando eso ocurre «no es fácil que nos acerquemos a alguien que presuntamente tenga una dificultad y que si no ha venido a pedir ayuda, te deje ayudarle».
Unas ayudas sobre todo a familias que se han repartido en 7.636 respuestas de ayuda económica con una cuantía global de 572.689 euros, cifra superior en ayudas (1360 más que en 2013) y en cuantía (102.282 euros más que en 2013).
PERFIL DEL SOLICITANTE
El perfil del solicitante de ayuda, ha dicho, es en primer lugar familias de parejas jóvenes con hijos pequeños, en paro y que han agotado las prestaciones. Después familias y personas con trabajo o prestaciones pero que no tienen suficiente poder adquisitivo.
Por detrás se encuentran familias o personas inmigrantes, familias desestructuradas, personas sin hogar o con problemas de adicciones y por último personas mayores que ayudan económicamente a sus hijos y nitos y se quedan sin dinero suficiente para subsistir ellos.
Las necesidades más reclamadas son alimentos y productos de primera necesidad, infantiles, así como pagos de recibos del hogar, hipotecas y alquileres y posteriormente prendas de vestir, medicinas, productos de higiene, formación, dinero para compras y material escolar.
Para asistir a todo ello la organización invirtió en 2014 un total de 1.936.249 euros que principalmente se captaron de las administraciones regionales, estatales y autonómicas (53,77%) los donativos supusieron el 21,78 por ciento de los ingresos y el resto se logró mediante fondos europeos, organismos privados y otros ingresos.
El obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez Magro, ha destacado que «hace 10 años casi se había eliminado la Caritas asistencial» aquella que cubría «las primeras necesidades» y era únicamente «para personas muy marginales», sin embargo «se ha tenido que volver» y se ha mantenido también la filosofía de la institución «la Caritas promocional» en la que se trata de «acompañar a la persona en su desarrollo».