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Le prometían 300 euros mientras esperaban años para operarse de cadera

OPINIÓN
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Hoy no es un día fácil para mí porque el SERVICIO EXTREMEÑO DE SALUD (SES) es probablemente lo más importante de mi vida, fuera del ámbito familiar y personal, lógicamente. Estuve al frente de su  fecundación, gestación, nacimiento y crecimiento durante muchos e intensos años. No me resulta fácil lo que he hecho hoy, pero no podía ocultar que no está bien, que a la deuda de más de 400 millones de euros que hemos encontrado en el SES,  se suma la información que hemos obtenido al auditar las listas de espera: 99.982 personas están sin cita,  esperando que puedan entrar en la lista de espera. Que hay que sumarlos a los que están en listas de espera, pero ya tienen una cita cierta. Lo que hace un total de 189.979 personas. Y lo más extravagante de todo es que la reacción que el PP ha tenido, ha sido la de ponerlo en duda diciendo que no es posible creer que haya tantas personas en lista de espera. Que le pregunten a la gente, a todos aquellos que se quedaban perplejos mientras las cifras oficiales decían que bajaba el número de ciudadanos en listas de espera.

 

Para curar una enfermedad lo más importante es reconocer que existe. A mí no me ocupa ni me preocupa  Monago, ni Carrón, ni el PP. Me preocupan las decenas de miles de ciudadanos que esperan para que alguien les meta en una lista de espera.

 

Le ofrecieron 300 euros al año a mujeres de más de 75 años mientras estaban años en las listas de espera para operarse de cadera. Con dos bastones para poder andar y una promesa de 300 euros.

 

Hoy también he mantenido una reunión importante para mí. Con la Plataforma antinuclear. Digo lo de importante porque uno de mis errores en la anterior etapa de presidente fue no reunirme con determinados colectivos. Hoy se lo he reconocido y espero que podamos encontrar más o menos puntos de encuentro, hoy me han demostrado que hay mucho sobre lo que hablar. Y lo vamos a hacer.

 

Seguidamente reunión con el General de la Guardia Civil para presentar el Convenio de colaboración para las casas-cuartel. Y luego reunión de trabajo con la Consejera de Hacienda y Administración Pública y con la Secretaria General de Cultura. Debo decir para que se sepa, las vueltas que les damos a las decisiones para que sean justas y contribuyan a mi obsesiva idea de ser útiles a la vida de la gente.

 

A las tres menos cuarto salía para casa y me encontré en las escaleras con Luciano, Chano para todos, que trabaja ahora en el gabinete de presidencia e Isa, la portavoz de la Junta. Os invito a una caña de camino a la casa de la junta. Llamamos a Valentín García y fue a parar al “Pestorejo” en la plaza de España de Mérida. Isa es madre de niño pequeño y se tuvo que ir a recogerlo a las tres en la guardería-educación infantil. Lo quiero poner en valor. Nosotros nos tomamos la caña tranquilamente. Ellas lo tienen más difícil, mucho más difícil. Y pueden aguantar las que tienen compañeros de vida que echan el resto. ¿Cuántas han sacrificado tanto?

 

Por la tarde fui a CASA VERDE, el Centro de Recuperación Neurológica,  a visitar a dos personas muy queridas. Un buen amigo y la mujer de un querido compañero. Es para mí muy importante que en medio de toda la oficialidad haya espacio para poder hacer lo que harías si no estuvieras tan ocupado.

 

Familias extremeñas de Tiétar, de Badajoz, de Miajadas, de Zafra… Allí estaban ellas y yo tuve la suerte de poder disfrutar un rato con ellos.

 

Guillermo

 

 


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