Familiares de Afectados por Trastorno de Personalidad pide más recursos

La Asociación Extremeña de Familiares de Afectados por Trastorno de Personalidad (AExFATP) pide más recursos para estos enfermos como un centro de día, terapias específicas, unidades de ingresos en los hospitales de la región o un protocolo de actuación para los profesionales que trabajan con esta patología, difícil de diagnosticar y que se caracteriza por impulsividad, sentimiento de vacío o identidad inestable.

[Img #46741]Para dar a conocer esta asociación, que nació hace dos años en Badajoz y que ya ha dado sus primeros pasos en Plasencia, el Instituto Municipal de Asuntos Sociales (IMAS) de Cáceres acoge este jueves, día 15, una charla a las 17,00 horas, con el objetivo de que las familias que tengan algún miembro con esta patología acudan a informarse y se agrupen en torno a esta organización que también abre sus puertas a profesionales como psicólogos, terapeutas o personal sanitario.

 

El presidente de AExFATP, Manuel Márquez, ha presentado este martes en la capital cacereña esta asociación junto a la concejala de Asuntos Sociales, Marisa Caldera, quien ha animado a las familias a que acudan a esta charla y se acerquen a la asociación que puede ayudarles a «mejorar la calidad de vida tanto de los pacientes como de los familiares».

 

El presidente ha explicado que un cuatro por ciento de la población padece un trastorno de personalidad y un dos por ciento está catalogado de trastorno límite.

 

Además, un estudio realizado recientemente en Andalucía ha vislumbrado que la tercera parte de los suicidios que se producen corresponde a un enfermo con esta patología y de ahí la importancia de que reciban una «adecuada» atención sociosanitaria.

 

«Es una patología mental de las más difíciles de tratar porque hasta hace pocos años no se diagnosticaba y los pacientes estaban en un terreno perdido porque no se podían aplicar terapias acordes o eficaces con su patología», subrayó el presidente que indicó que en otras comunidades autónomas hay centros de día, unidades específicas de ingresos y «personal con experiencia para tratar a estas personas», algo que también se reivindica desde Extremadura y que la asociación ya ha hecho llegar al presidente del Gobierno regional.

 

Márquez ha explicado que el problema capital de esta enfermedad es la inestabilidad emocional que hace que el paciente tenga situaciones «difíciles» ya que, durante el día, «puede ser la persona más feliz del mundo» y al poco tiempo «el ser más desgraciado».

 

Eso provoca sentimientos de vacío emocional que pueden derivar en brotes psicóticos que induzcan, incluso, al suicidio, «para quitarse del medio porque se consideran un estorbo para la familia», ha dicho el presidente.

 

«Sabemos que hay muchas familias que están sufriendo este problema», indicó Márquez que ha pedido terapias continuas y especializadas porque la actual atención sanitaria es «ineficaz».

 

«Queremos que, entre todos, intentemos que estas personas reciban un mensaje de esperanza, que vean que hay una asociación que trabaja por ellos y para ellos que se ha creado para ayudarles», subrayó.

 

Por todo ello, desde la organización se pide también que se realice un estudio sobre la realidad del trastorno de personalidad en Extremadura para conseguir un protocolo de actuación donde todos los profesionales que puedan intervenir estén «perfectamente coordinados» y se consiga un diagnóstico rápido para evitar que el problema se cronifique ya que después «el tratamiento resulta más caro para las administraciones».

 

Cabe recordar que el tratamiento escaso o inadecuado de los trastornos de la personalidad puede derivar en casos de alcoholismo, trastornos de conducta alimentaria, drogadicción, violencia doméstica, autolesiones, intentos de suicidio e, incluso, episodios de delincuencia.

 

Para complementar la asistencia que deben recibir tanto los pacientes como sus familiares, la asociación ha articulado un sistema asistencial con terapias presenciales y otras por viodeoconferencias, además de talleres psicoeducativos que van dirigidos tanto a los enfermos como a su entorno familiar para ayudar a las personas que padecen este trastorno que, principalmente, manifiesta sus primeros síntomas durante la adolescencia.