LAS MUJERES EN LOS CONSEJOS DE ADMINISTRACIÓN

Una empresaria de gran nivel  manifestó no hace mucho,  que es un error contratar  a mujeres entre 25  y 45 años, época de fertilidad y  baja maternal. Luego se retractó cuando recibió críticas severas por esta declaración tan malthusiana. La opinión de esta señora no puede aceptarse, lo mismo que si dijera que no debía contratarse a los hombres mayores de 50 años a causa de la prostatitis o de las cardiopatías tan frecuentes en esa etapa de su vida.

 

    En la actualidad, las actrices españolas han elevado su protesta porque cobran alrededor de un 30% menos que sus compañeros actores, por idéntico trabajo. Las mujeres han demostrado su preparación en todos los terrenos. Recordemos a las madres africanas cargando provisiones en los cestos de más de 30 kilos  con los niños a la espalda a los que dan todo su cariño a pesar de las dificultades y es admirable cómo funcionan los microcréditos que reciben de  bancos europeos como el  Banco Europeo  de Inversiones (BEI) trabajando con rigor y devolviendo lo prestado con la máxima puntualidad. En diferentes sectores laborales vienen demostrando su competencia. Son muy estimadas las aceituneras, envasadoras,  profesoras, farmacéuticas, médicas que realizan su actividad con excelentes resultados.

 

  El profesor Lorente Acosta en su obra titulada “Mi marido me pega lo normal” ha mantenido que  para alcanzar la igualdad es necesario  que las mujeres  lleguen a desempeñar cargos de alta responsabilidad para lo que están absolutamente  capacitadas. Conviene recordar que toda ama de casa dirige una empresa de medianas o grandes dimensiones. Tiene que acoplar el presupuesto de gastos e ingresos. Procurar lo necesario para el desenvolvimiento familiar, cuidar a los niños y a los enfermos de la familia y tantas otras cosas de importancia social.

 

En la actualidad, la Comisión Europea se ha propuesto un objetivo concreto: que en el año 2020 los Consejos de Administración estén formados al menos por el 40% de mujeres. Hay países que  están muy cerca de este objetivo  como Finlandia y Suecia que superan el 27% pero otros, así lo exponía  recientemente un diario español, van  muy rezagados. Sin ir más lejos, España con un 14%. Conviene señalar que “en todas partes cuecen habas”, incluso en el ejecutivo de la Unión Europea hay solo diez mujeres entre 28 Comisarios.

 

         Una mujer de más de 45 años tuvo el acierto de solicitar un empleo presentando un curriculum muy completo: amplios   conocimientos de                                 economía, presupuestos etc.  Había gestionado durante varios años una pequeña empresa, su hogar, con cinco hijos. Una verdadera empresaria                                                                      con  capacidad y eficacia.

 

 Pasan los años y cambian poco las cosas, sigue siendo  noticiable que una mujer dirija un banco, una macroempresa , llegue a Directora de un hospital o Magistrada del Tribunal Supremo. Continúan en vigor lo viejos conceptos del patriarcado que ya existían en el código ancestral de las Euménides donde los dioses declararon inocente al matricida alegando que un hombre no delinque.  De ahí han debido tomar el mal ejemplo los asesinos de mujeres a manos de su pareja, que tanto están proliferando con pasividad del colectivo social, apenas unos minutos de manifestación  en la puerta de la víctima. Parece que la mujer no importa en la sociedad .Su trabajo dentro y fuera del hogar, soporte de la vida familiar, es invisible .Hay que  corregir el atraso de siglos. En el pasado, en una familia de escasos recursos solo podían estudiar los varones, el reparto era inicuo, aunque fueran superdotadas las mujeres se sacrificaban por su hermanos, si sus padres solo podían pagar los estudios  a un hijo.

 

El trabajo doméstico, aunque los hombres van participando con reticencias, recae casi absolutamente sobre las mujeres, así como el cuidado de los niños y  de los que sufren discapacidad en las familias. Es una pena, los hombres se están perdiendo la satisfacción que produce cuidar y orientar a los hijos y participar en las tareas del hogar con intensidad.