La liberalidad en los anuncios publicitarios, su extensa implantación y su importancia social han consentido instaurar una publicidad engañosa con la cual vivimos sin prestarle atención y la cual nos tragamos con sus consecuencias y sus influencias en nuestras formas de hacer, vestir, pensar o educar. Más bien somos lo que los publicistas quieren que seamos, compramos aquello que nos meten por los ojos y pensamos como nos impone la moda.
Observando para opinar nos llevó la curiosidad a hojear páginas de revistas que circundan el ámbito donde se mueve el tinglado hasta considerar de cierto interés ofrecer la reflexión que tanta visual por ese mundo tan efímero de la realidad ocupó, tarde con llovizna y apuntes de ventolera, en la retina sosegada de un ciudadano de a pie comprometido con las mismas reverencias y credos que cualquier otro de otro barrio cualquiera. La imaginación de los eslogan publicitarios es digna de ser resaltada y la mentira también, ambas están en la prensa diaria y en nuestra cultura. A página completa un anuncio de maquillaje advierte “el maquillaje hecho a medida que deja respirar tu piel”, es una marca de renombre. Otro anuncio pronostica lo siguiente “todo lo que tu piel necesita”, es también de cosmética que dice ser natural, todo curioso. Más sorprendente es aquel, de la misma revista que indica, como una especie de norma obligatoria: “sigue leyendo cotilleos, es bueno para tu salud” y añade: “chismorrear de vez en cuando reduce el nivel de estrés y combate el sentimiento de frustración”, no indica la fuente científica que lo avale; si es así, qué hacemos que no utilizamos esta fórmula para mejorarnos y si no es así, por qué se permite el anuncio; insólito. Y quien anuncia esto no es la asociación de vecinos de amas de casa del bloque 29 sino una acreditada compañía de salud.
Ya casi al final vienen insertados los anuncios de esoterismo y esta revista consultada dedica a ello 6 páginas casi completas, debe tener aceptación el tema. Resalta: “te revelaré todo tu pasado, tu presente y tu futuro”, “el poder auténtico de la videncia”, “soy clara y directa en mis decisiones” “aprovecha los números para decidir tu destino”. Luego anuncian joyas, relaciones con personas que aparecen fotografiadas con bustos prominentes, etc. Parece un juego, todo se desenvuelve en un lenguaje de mínimos, sin ajustes a normas de más o menos ética profesional y sin acusar siquiera el menor pudor por referenciar semejantes productos. No es escándalo, estamos acostumbrados a repasar las páginas con la misma naturalidad que hacemos la cama o la cena. Todo está aceptado y nos divierte que sean exagerados en los anuncios para que, de camino, no nos hagan pensar demasiado, todo viene incluido en el precio de la revista. Podría tratarse de un juego con mucha dosis de sentido del humor que además es un recurso para generar facturación e ingresos y sobrevivir y hacer que otros muchos también sobrevivan, solo eso.