El descubrimiento en Atapuerca de la piedra Excalibur, en la Sima de los huesos, representa un salto importante en la constatación de que se había superado la animalidad hacia lo que conocemos como la humanidad. Era la constatación, a través de un objeto, de que poseía un sentido de trascendencia que le hacía pensar, que detrás la muerte, había algo más. Dicen algunos, que los elefantes, muestran su dolor ante los cadáveres, de alguno de ellos, y que las monas, se aferran a sus crías muertas, con desesperación, e incluso se conocen enternecedoras historias de perros que permanecieron de guardia en la tumba de sus amos, durante días, pero ninguno tras ese sentimiento de unión afectiva, fue más allá.
Hay un intento animalista de humanizar a los animales, colocándolos al mismo nivel que las personas, lo que en realidad se traduce en colocar a las personas al mismo nivel que los animales, estableciendo, de esta manera, un estatus laicista, en el que se niega todo sentido trascendente, sin caer en la cuenta, que con estas teorías, nos atrasan mentalmente, a unos niveles hombre-animal, anteriores a los varios cientos de miles de años de los homínidos de Atapuerca.
Las nuevas religiones-laicas, crean nuevos dogmas, y arrojan a la hoguera encendida por lo políticamente correcto, a los que se apartan de su supuesta neutralidad religiosa, cuando en realidad, esta neutralidad no existe, ya que en la práctica, se traduce en un ataque a todo lo que suene religión católica (porque con los musulmanes no se atreven, ellos no ponen la otra mejilla, no sea que los declaren blasfemos y sufran el castigo que se indica en el Corán)- “la ley islámica mantiene una categoría especial de «ofensas contra Dios», o «hudud», cuyos castigos son fijos…es la categoría más grave que incluye los delitos especificados en el Corán…(Como) la apostasía (irtidād o ridda, ارتداد) – incluye la blasfemia”… los castigos para todos los delitos hudud se especifican en el Corán o el Hadiz: amputación lapidación-Hadith, y la flagelación”) (El Fiqh Jurisprudencia Islamica: Penal)-
Ya no arrojan libros a la hoguera, pero desmantelan todo lo que huela a religión; fiestas, nombres de calles, estatuas, educación… que la larga tradición y la historia ha ido depositando en; lugares, arte, y cultura, durante siglos.
Me comentaba un sobrino, que se vio atrapado entre unas piedras, en un río y con el agua, subiendo que ante esta situación tan desesperada, que duró varias horas, quiso rezar, pero ya no se acordaba ni del padrenuestro. Es evidente que en nuestro interior, se encuentra latente ese sentido trascendente y nos negamos a pensar, que nuestros abuelos, padres, hijos, familiares, amigos, han desaparecido para siempre, aunque hayamos convertido sus cuerpos en cenizas esparcidas al aire, o arrojadas al mar o a un río.
Sin embargo a pesar de ello, algunos se empeñan como los antiguos inquisidores, en retornarnos a la verdadera fe laica, a nuestra situación animal, en la que tras la muerte ya nada existe, amparados en la “supuesta” autoridad absoluta arrogada por ellos, tras el argumento de que les han votado, y por lo tanto están investidos de autoridad para hacerlo.
La Historia es cíclica, se lleve armadura o un polo con un cocodrilo bordado, y cuando pasen unos años, nuevas generaciones los tacharán, de intolerantes, lo que no deja de ser una paradoja para los que se consideran garantes del bien supremo, la libertad, que imponen a quienes no están de acuerdo con ellos, resucitando las viejas escenas, de aquellos a los que entre los alaridos de las llamas, les recordaban, que todo aquello era por un ente superior, y si los castigaban era por su bien, ya que ellos estaban equivocados y debían acatar la recta doctrina, de lo políticamente correcto.