LOS OBREROS DEL GOLF

[Img #47559]Llevo  días de conversaciones mañaneras con dos amigos del mundo del golf, de estas charlas telefónicas mientras cada uno estamos en otros quehaceres, me han llevado a reflexionar y a varias conclusiones que comparto con vosotros.

He llegado a un punto en el mundo de nuestro querido golf donde no quiero que haya gente con traje de chaqueta y corbata dirigiendo este deporte, quiero gente que se remangue las mangas de la camisa y se preocupe que es lo que necesita este deporte, que se dejen de teorías sobre lo que hay que hacer y dejar de hacer, de escribir en un papel unos valores que transmite este deporte y que no llevan a cabo.

No quiero estadísticas de ranking por dinero ganado, quiero que se escuche a los que de verdad aman este deporte. A aquellos que semana tras semana compiten para pasar un corte, y a los aficionados que cogen sus bolsas para ir a cualquier campo los fines de semana.

Que los proyectos no caigan en manos de alguien que pregunta que significa HCP y que me habla de pistas de golf, como aquel que habla de una pista de patinaje y además intenta venderme este deporte como aquel que me vende una barra de labios.

 

El golf es una filosofía de vida de la cual quiero presumir y me gusta hacerlo, pero no quiero en esta filosofía intrusos que se suben al carro por que está de moda o por que te da cache y glamour.
Que no quiero escuchar a alguien que me representa y al cual yo no he elegido, que el mundo del golf le aburre.
He llegado a la conclusión que hay tres grupos en este mundo, los que viven del golf, los que conviven con el golf y los que sobreviven al golf.

Todos en el mismo mundo, pero con intereses diferentes.

 

El día que se escuche a los que conviven y a los que sobreviven llegara a ser un mundo más accesible y fácil de comprender.

Por que ellos son los que realmente conocen este deporte.

Haciendo alusión a términos taurinos desde la barrera todo es más fácil de ver pero más difícil de gestionar.
Hay que estar en el meollo de la cuestión, escuchar, debatir y dar oportunidades a la clase obrera del golf, al que convive y al que sobrevive, por que en ellos está la respuesta.

Que no vale ponerse una chaqueta con un escudo, hay que colgarse la mochila y la bolsa al hombro para conocer esos campos de Dios y hacer las cosas bien.

Hay que escuchar al mochilero del golf, que es quien realmente conoce y sabe las necesidades de este deporte.