La temporada 2.015 de Fórmula 1 termina como empezó, con dominio absoluto del equipo Mercedes. Pole y victoria para Rosberg, que ha finalizado el año muy bien, cuando no ha tenido presión. Segundo para Hamilton, que cuando no tiene presión se relaja un poco, por eso es el campeón, porque gana con presión. Y Ferrari siendo el mejor de los peores.
Lo preocupante de este dominio de Mercedes es prever que el año que viene va a ocurrir lo mismo. Ojalá me equivoque pero todo apunta a más dominio del equipo alemán durante el 2.016. Solo nos queda la esperanza de Ferrari pero con la congelación de evolución de motores, me temo que los italianos y Vettel deberán esperar.
Como tendrá que esperar también el equipo Mc Laren. La base de trabajo sobre el motor Honda no sirve para nada. Deben empezar de cero. La revolución nipona no ha sido tal. El año ha sido un desastre total. Ver penar tan miserablemente a dos campeones como Button y Alonso ha sido terrorífico. El equipo británico y el fabricante japonés tienen capacidad de sobra para hacer un coche competitivo. Por capacidad técnica, por capacidad económica, por historia y por vergüenza torera.
El gran premio fue una repetición de otros muchos de los dos últimos años, pero con la salvedad de observar la ordinaria presunción de los petrodólares árabes. Circuito impecable, barcos enormes alrededor del mismo, mucha luces de colores y mucha pose monetaria. Un punto de color en el gran circo y un montón de dinero para el capo Ecclestone. Pero el circuito como tal es “feote”. Una gran recta y poco más. No es coqueto como el de Budapest o espectacular como Spa. No tiene el caché de Mónaco ni las aceleraciones ni frenadas de Canadá. Ni siquiera las luces nocturnas son tan espectaculares com las de Singapur. La temporada debería acabar en el ratonero Interlagos o en el difícil Suzuka. Pero manda la pasta y tampoco está tan mal.
Sainz salió espectacular. Remontó tres puestos haciendo un doble adelantamiento fantástico. Luego, los propulsores Mercedes le mandaron a su lugar correcto y terminó undécimo. Su año ha sido muy bueno y el Dr. Marco le ha confirmado el año que viene. Ha tenido dos peros. La falta de fiabilidad de su coche y que su compañero Verstappen ha sido mejor que él. El joven holandés a protagonizado los mejores adelantamientos del año y ha sido el más espectacular. Tengo ganas de ver los Toro Rosso el año que viene con motor Ferrari. Max, como he escrito otras veces huele a futuro campeón pero Carlos es muy bueno y muy joven. Si ambos acaban en buenos equipos (en Toro Rosso los pilotos no duran mucho) estoy seguro que nos brindarán batallas estupendas.
Mercedes subió a una felicísima ingeniera de telemetría a recoger el premio del constructor. Un detalle en un podio sin azafatas. Aplauso enorme para todos los de Mercedes por el detalle. He estado allí. Se lo que significa el gesto del equipo alemán.
En la primera curva, Pastor Maldonado abandonó por un toque de Fernando. Vaya año el de ambos. Espero de verdad que el venezolano cambie el número trece de su coche. Ha sido el piloto más gafado de la temporada con diferencia.
La temporada acabó. Llegarán las pruebas invernales y los deseos de consistencia para Williams, de mejora en Ferrari, de revolución en Mc Laren, de retorno en Red Bull, de sorpresa en Toro Rosso, pero sobre todo, de mucha más igualdad en los puestos de cabeza. Pase lo que pase, ya tengo ganas de que empiece la nueva temporada. Que le vamos a hacer, me encantan los coches.