Sin duda se trata del personaje extremeño más grande de todos los tiempos, con una relevancia histórica que no sólo no tiene contestación alguna, sino que es venerado y festejado, en algunas poblaciones, con una grandiosidad, que causa envidia a los propios de su lugar de origen. Cientos de sitios de España, Portugal, Francia, Italia, Hispanoamérica y posiblemente otros muchos más lugares del mundo, llevan su nombre o es la patrona de la localidad, estamos refiriéndonos a Santa Eulalia de Mérida. Para hacernos una idea, si tomamos como centro geográfico la ciudad de Mérida, nos encontramos, que si nos dirigimos hacia Lisboa, veremos apenas salidos de Elvas, un letrero que nos envía hacia la localidad de Santa Eulalia. Si es hacia Madrid, a donde dirigimos nuestros pasos, a mitad de camino, el pueblo de Santa Olalla nos recordará a la santa emeritense, pero si nuestro destino es Sevilla, saldrá a nuestro paso, otra Santa Olalla, de Cala. Y así, pueblos que llevan su nombre los encontraremos en los lugares más insospechados de la geografía hispana, desde Villar de Olalla de Cuenca, hasta los Santa Eulalia, de Ibiza o de Cantabria.
¿Qué ha ocurrido, para que habiendo sido la patrona de España e incluso de Francia y que hasta la “Cantinela de Santa Eulalia” del 880/1, un poema que se cantaba durante la liturgia Gregoriana, constituya el primer texto literario escrito en lengua francesa. Una santa, cuya importancia fue tal, que fue “duplicada” convirtiéndose en la Santa Eulalia de Barcelona. Y podríamos, nada más arañar la historia, descubrir su importancia, y sin embargo, ha estado sumida en una especie de olvido, apenas mantenida su memoria en la ciudad de Mérida?
Como siempre ocurre, el mayor enemigo está en casa. Y una vez más los intereses políticos provincianos y los no menos intereses políticos eclesiásticos, y pienso, que se confabularon contra ella, ante el temor de que darle una importancia, como merecería, podría producir un problema para la capital provincial e incluso restar poder capitalino al obispo. Posiblemente tras la evidencia de que tras la elección de Mérida, como capital Autonómica, no se han resentido ambos. La presencia de intelectuales de talla, que la importancia de los restos romanos ha asentado en la ciudad de Mérida, está rescatando su importancia histórica y poniendo en relieve, que la peregrinación al túmulo de la Santa, constituyó la raíz de manifestaciones religiosas de gran calado, que van desde las Peregrinaciones de Santiago, y hasta incluso la existencia de una ermita de Santa Eulalia en las marismas, pudo ser el embrión de las del Rocío, y redescubriendo datos importantes, para conocer los primeros siglos del cristianismo hispano.
Rescatar nuevamente de la memoria común (esto sí que es Memoria Histórica) su importancia, es poner a Extremadura, en el mapa del mundo, sin pega alguna, como suelen hacer con los Conquistadores (nunca hemos sido capaces de asumir la grandeza de estos personajes, cuando se muestra hasta en los dibujos animados a los vikingos (que sólo fueron saqueadores y asesinos, sin más) y se les da una visión amable, mientras que cuando se habla de los Cortés, Pizarro, Balboa…sólo destacan las sombras y hasta les parece que es obligatorio hacerlo, como si se avergonzaran de resaltar sus grandezas. Santa Eulalia sin embargo, o es amada o simplemente se desconoce su origen y puede que la historia de esta niña extremeña que murió en el 304, y que asombró a emeritenses y forasteros testigos de su martirio por su valor y elocuencia, recibiendo el sobrenombre de Eu-lalia, la bien hablada, por ello, y que divulgaron por todos los lugares que formaban el Imperio Romano, las hazañas de su martirio.