LA DIÁSPORA EXTREMEÑA

Extremadura sufre el mayor descenso de población de las últimos décadas, en los últimos 5 años la población no ha dejado de descender, en este 2015 hay 6.635 extremeños menos, por lo que la cifra total de habitantes está situada en 1.090.997 habitantes.

[Img #48409]Extremadura vuelve a sufrir la emigración, cómo ya lo hizo en la década de los 60. El resto de Comunidades Autónomas ya está viendo aumentar su población, el descenso sólo ha sido de 3 años consecutivos frente al extremeño que ya va por su quinto año de pérdida poblacional.

 

¿Por qué? Extremadura es los lugares que más calidad de vida aporta, es el lugar idóneo para vivir y crecer, desgraciadamente, esto no es compatible con la capacidad que tiene esta región para ofrecer un futuro a los jóvenes, y no tan jóvenes extremeños que han tenido que hacer la maleta y buscar un futuro en otras regiones u otros países. Jóvenes, que con su título bajo el brazo, deben decir adiós porque su tierra es incapaz de darles las oportunidades que merece la generación más preparada de toda la historia.

 

Frente a esta situación, las instituciones y la sociedad son incapaces de que Extremadura converja con el resto de España. Apenas se apuesta por el desarrollo empresarial y aquellos valientes y conquistadores del SXXI apenas tienen el apoyo necesario para desarrollar plenamente un opción de Futuro.

 

El tejido empresarial extremeño, que no olvidemos es lo que da empleo y genera riqueza, está basado en autónomos, micropymes y pymes, que a duras penas han aguantado la crisis económica.

 

A la crisis del sector privado, se le suma el retraso en el pago del sector público y las trabas burocráticas que en lugar de apoyar y apostar por el tejido empresarial parecen dispuesto a extinguirlo. «Haberlas haylas» empresas que han tenido que cerrar y perder puestos de trabajo por el retraso en el cobro, de algún trabajo realizado a las administraciones públicas y que tras la demora de meses o años y con los impuestos adelantados por parte del autónomo, emprendedor o pequeño empresario;  ha supuesto la inviabilidad del futuro del negocio.

 

Triste que muchas empresas cierren, no por su viabilidad, sino porque el retraso para cobrar un dinero que  es suyo hace que no pueda mantener su estructura productiva.

 

Empresas Extremeñas, que trabajan, mantienen nuestra Comunidad y que a veces no encuentran el apoyo necesario para continuar trabajando de forma libre.

 

Todos tenemos una parcela de responsabilidad, en Extremadura no abundan los grandes proyectos empresariales que puedan sentar las bases de un futuro próspero, y aquellos que se iniciaron sólo consiguieron el mareo constante de las administraciones.

 

[Img #48410]Un ejemplo, Refinería Balboa, la empresa afirmaba que era «el proyecto empresarial más importante de la historia de Extremadura», aglutinó apoyos de sindicatos, patronal, partidos políticos mayoritarios y quedó almacenada en un cajón durante años, sin que ningún gobierno central, de un signo u otro, se pronunciara con la rapidez que tuvieron en otras regiones para solventar algún problema o modificación que Medioambiente necesitara.

 

Así se perdieron los más de 3.000 puestos de trabajo que la empresa afirmaba que se crearían para que este proyecto comenzara a andar.

 

Los ecologistas se levantaron para defender una Extremadura limpia y en defensa del Parque de Doñana, por donde afirmaban pasaba el oleoducto, la empresa afirmaba que era a 30 Km; hablaban de vertidos, cuando una industria moderna tiene vertido 0.

 

La Refinería finalmente no se instaló, pero sí se dio luz verde a la construcción de gaseoducto promovido por Petrolium Oil Gas España, filial de Gas Natural-Fenosa de más de 18 Km para la producción y almacenamiento de Gas en el subsuelo de Doñana. Dos varas de medir para dos proyectos que supuestamente «atentan contra el mismo paraje».

 

La industria extremeña apenas ha crecido, cuando lo intenta tienen el tapón legislativo y burocrático, las existentes a duras penas consiguen mantener abierto un día más; mientras tanto la sociedad mira fuera y se olvida de lo dentro.