El proyecto Life+Iberlince de recuperación de la distribución histórica del Lince ibérico en España y Portugal ha anunciado que durante la primera semana de febrero «continúan las liberaciones de linces en Extremadura» en el valle del Matachel (Badajoz) y que en esta ocasión «se liberarán cinco ejemplares: tres hembras y dos machos».
En concreto, ha señalado que las hembras proceden del Centro de Cría de Silves (Portugal), y se llaman «Mera», «Magacela» y «Maguilla», mientras que los machos proceden del Centro de Cría de la Olivilla (Jaén), y se trata de «Majadal» y «Mayo».
Con estas nuevas liberaciones serán «20 los ejemplares de lince en Extremadura, a la espera de liberarse otros tres ejemplares más en marzo».
Según explica el comunicado del proyecto europeo, «el que los ejemplares provengan de diversos centros de cría garantiza el reforzamiento genético de los ejemplares en Extremadura para evitar la endogamia».
Cuando terminen las sueltas «dos hembras y un macho convivirán en el cercado de adaptación durante algún tiempo hasta que se compruebe que se han aclimatado al medio», mientras que los otros «dos ejemplares se liberarán en sueltas duras, directamente al medio natural, porque se considera por parte de los técnicos responsables que están mejor adaptados» para desenvolverse adecuadamente en su entorno.
Todos los linces liberados «van equipados con un collares de localización que permite el adecuado seguimiento por parte de los técnicos».
Entre la información que se recibe se encuentra la localización para «conocer sus desplazamientos, el uso del territorio y analizar los hábitos de dispersión de la especie», lo que en el futuro permitirá «establecer pautas para la interconexión de las poblaciones estables y autosostenibles de la península ibérica» de manera que se pueda «asegurar más convenientemente el futuro de la especie».
Las reintroducciones de lince se iniciaron en Extremadura en el año 2014, como parte del Proyecto Life+Iberlince, cofinanciado al 61,57 por ciento por la Unión Europea y coordinado por la Junta de Andalucía.
Se trata de un proyecto transnacional en el que participan diecinueve socios y compromete a dos países, España y Portugal, que suponen la totalidad del área de distribución histórica del lince ibérico. En él participan las comunidades autónomas de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia, y también colaboran el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente junto con numerosas organizaciones.