Manos Unidas pone en marcha su campaña “Plántale Cara al hambre, siembra”

Manos Unidas pone en marcha su campaña número 57 bajo el lema “Plántale Cara al hambre, siembra”, con el objetivo es recaudar 38.000 euros para la construcción de un centro de servicios Sociales para desarrollo y formación en Andhra Pradesh, en India del que se beneficiarán 1400 personas de forma directa y 7000 de forma indirecta

[Img #48913]El miércoles 10 se presenta la campaña a la población en el aula de Cultura de Clavellinas a las 19.30 horas con la presencia del obispo de Coria-Cáceres, el consiliario de Manos Unidas y Ramón Delgado, misionero del IEME que ha trabajado diez años en Dapaong, Togo

 

El viernes 12 de febrero, Día del Ayuno voluntario con Eucaristía a las 19 h en el Centro Pastoral Sagrado Corazón (antiguas Acacias), y a las 20 lectura del Manifiesto de la Campaña y encendido de velas en el Kiosko de la Música en el Paseo de Cánovas. El domingo 14 habrá colecta especial en todas las parroquias para Manos Unidas.

 

En la campaña 56, correspondiente al año 2015, la recaudación en la Diócesis de Coria-Cáceres fue de 225.836 euros, de los cuales, 37.005, 21 euros se destinaron a la creación cuatro huertos comunitarios irrigados y la provisión de agua en Zimbabwe.

 

Manos Unidas de la Diócesis de Coria-Cáceres desarrolló en el 2015 dos proyectos: uno de desarrollo social en Zimbabwe (África) con un valor de 37.005,21 euros dentro del denominado Proyecto Enlace con la creación de cuatro huertos comunitarios irrigados y la provisión de agua en diversas aldeas para fomentar la seguridad alimentaria. 

 

Y otro, financiado por la Diputación Provincial de Cáceres, sobre educación, por un importe de 2.965,00 euros, consistente en una actividad de concienciación para estudiantes a través de cuentacuentos “Historias que hablan de los principios”.

 

En 2016 el objetivo es recaudar 38.493 euros para el proyecto de Operación Enlace de construcción de un centro de servicios Sociales para desarrollo y formación en Andhra Pradesh, en India del que se beneficiarán 1400 personas de forma directa y 7000 de forma indirecta.

 

CENTRO SOCIAL

 

Se construirá un centro social con una oficina, sala de reuniones, sala de informática, sala de costura y tres baños. El proyecto se selecciona en la diócesis a través de un abanico de propuestas que ofrecen los servicios centrales de Madrid, recibe este nombre (Operación Enlace) ya que colaboran en él diversas diócesis, “nosotros nos encargamos de costear una parte del proyecto. Cada país presenta a los servicios centrales cuáles son las necesidades del territorio y después cada diócesis va asumiendo una parte del proyecto”, aclara la delegada de Manos Unidas.

 

Francisco Cerro, obispo de Coria-Cáceres, ha destacado la labor de Manos Unidas junto a Cáritas, “estamos ante una de las campañas más importantes de la Iglesia”, una institución pionera, nacida en España y que partió de las mujeres de acción católica que lleva casi 60 años luchando contra el hambre. Una de las más prestigiosas de la Iglesia, cuya labor se realiza en los países más empobrecidos.

 

“Es una labor de la iglesia con una proyección social única, cientos de proyectos trabajando en los lugares más pobres”. El prelado enfatizó que la solución al hambre existe siempre que todos trabajemos por erradicarla.

 

Ramón Delgado (nacido en Burgos en 1969) es misionero del IEME y ha trabajado diez años en Dapaong, Togo. Estando de misiones ha podido comprobar cómo se distribuye el dinero de Manos Unidas. Ramón explicó que él, como sacerdote diocesano, se pone a disposición del obispo de la zona, para atender las comunidades o parroquias, y allí colaborar en los proyectos que hay. Ofreció su testimonio y su experiencia desde su llegada en 2004 al continente africano, el único continente del mundo en el que sigue creciendo el número de cristianos católicos.

 

“El primer impacto es el calor, pegajoso y después, del aeropuerto a casa, todo el mundo se desplazaba en motos, 3 ó 4 personas en un mismo vehículo”, después de contar esas impresiones físicas, Ramón cuenta las incertidumbres, la inseguridad de un país nuevo, con personas de otra raza, otra cultura, otra forma de vivir. “Después todo eso se transforma en impresiones muy positivas, sobras muchas cosas materiales y aprendes mucho de las relaciones humanas. La gente es muy acogedora, no tienen nada pero te lo entregan todo cuando saben que lo necesitas”, relata el misionero.

 

Esto es lo que más le impresionó, la capacidad de resiliencia: “Ellos viven con nada. No había electricidad ni agua corriente, nosotros contábamos con una placa solar y un grifo, el único en 20 kilómetros a la redonda. Descubrir sus valores, la alegría… son capaces de subsistir con nada”. Durante los diez años en Togo hasta el 2014, los proyectos en los que trabajó que partieron de la diócesis, para promocionar a las personas y fueron principalmente en el campo de la educación, creando escuelas, ampliando talleres y un centro de formación profesional en colaboración con Cáritas y el Movimiento Rural Cristiano de la zona, la creación del primer hospital y también en la ganadería, luchando contras las enfermedades de los animales, mejorando las instalaciones y ayudando al acondicionamiento del agua.