EL PACTO POR EL FERROCARRIL…UN BUEN COMIENZO

El problema del ferrocarril en la Comunidad Autónoma de Extremadura obedece a criterios de geopolítica y estrategia de comunicaciones, fundamentalmente ibéricas. El pacto suscrito entre el gobierno y los agentes sociales tiene una virtud en si mismo nada despreciable: que es un acuerdo, lo que no es poco viendo el margen que al respecto se tiene en la actualidad. Es por ello que la primera reflexión es la del acierto en la cuestión y la capacidad en la negociación del Presidente Fernández Vara, es justo reseñarlo, no todos sus antecesores han conseguido este grado de consenso que parece ser se visualiza a partir de hoy en este asunto.

El ferrocarril en Extremadura obedece a un posicionamiento geopolítico importante, dado que es el punto de encuentro de las conexiones entre las dos capitales de Estado, Lisboa y Madrid, y a su vez la única conexión norte – sur de la península ibérica que no pasa por Madrid o por Lisboa (Porto – Lisboa – Faro), por eso, en este capítulo es gratificante ver el interés demostrado por el AVE entre las capitales o la conexión entre Badajoz y Valencia por Puertollano. Sin embargo parece haberse olvidado el enlace Cáceres – Marvao – Lisboa y la recuperación de la conexión de Extremadura con Salamanca, indispensable para conseguir la comunicación con el norte peninsular.

 

En el orden técnico,  la cuestión se establece en la necesidad de un AVE de verdad, no un sucedáneo de tren rápido. En este sentido,  lo importante es el conjunto de  proyectos viables  y la previsión de plataformas y tendidos que soporten velocidades comerciales de 350 km/h. Todo lo demás es un brindis al sol. Deben estar muy atentos los firmantes del pacto a esta cuestión, pues es mejor vigilar los estudios técnicos para que sean aprobados con estas solicitudes, frente a un desgrane presupuestario propagandístico pero para trenes de 200 km/h que no serían competitivos antes de entrar en servicio en la línea de alta velocidad. Una correcta planificación de las estaciones, adaptadas a los tiempos, los dineros y la densidad de población no estaría mal. Una estación por provincia, bien situada y mejor comunicada con los núcleos urbanos de proximidad,  supondría un notable ahorro en la inversión y en los tiempos de viaje.

 

En el orden administrativo es donde el gobierno de la Comunidad puede ejercer su labor ejecutiva. El ferrocarril sólo tendrá futuro si se reordena la situación legal del transporte de viajeros y mercancías por carretera, si se establecen medidas diferenciadoras e impulsoras del uso del ferrocarril, si se suprimen servicios competitivos de autobuses, si se busca la configuración de super trenes de mercancías que saquen de la carretera los tránsitos de gran tonelaje. En esto existe competencia autonómica y competencia nacional, la primera es directa, la segunda se puede impulsar acertadamente. El tren por consumo, impacto medio ambiental, servicio público/privado, capacidad de transporte y precio es superior a la carretera en todos los modos de transportes, pero insistimos en favorecer un atomizado y complejo sistema de camiones y autobuses en competencia por falta de interés político administrativo en su limitación. 

 

Estas medidas configuran un verdadero y estratégico pacto por el ferrocarril. Habrá quien diga que no se puede hacer tanto, no es cierto. Lo que es necesario es saber lo que se tiene que hacer y tener el valor de hacerlo, aún siendo abrasado en el intento, pero para eso se está en política, Sr presidente de la Junta de Extremadura. . La conjunción de un pacto que unifique políticas, con una acertada posición presupuestaria y una verdadera discriminación positiva del ferrocarril consideramos que es lo acertado y puede volver a poner en valor la necesidad de inversión en nuevas líneas o la recuperación de otras abandonadas cuando se apostó exclusivamente por la carretera. No es una utopía la necesidad de una línea de mercancías de gran capacidad Santander – Mediterráneo o la conexión de Villanueva de la Serena con Talavera de la Reina para lo mismo, no nos olvidemos de la conexión de Plasencia y Jerez de los Caballeros con Portugal. Son grandes obras que generan directamente inversión productiva y puestos de trabajo, sólo hay que crear las condiciones sociales y administrativas para que sean necesarias. Ahorraremos mucho si la carretera queda básicamente para el transporte privado y la distribución finalista de las mercancías, incluso en el mantenimiento de las mismas.

 

En todo caso, felicitaciones Señor Presidente, ya tenemos un pacto, ahora sepamos que hacer con él.Eso es lo que esperamos aquellos que aun apostamos por el auténtico progreso y el desarrollo económico de Extremadura. Pero para ello rechacemos los intereses espurios, que siempre aparecen en este tipo de cuestiones,  y centrémonos en los generales que benefician y muy mucho a los ciudadanos, como todos bien  sabemos.