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PARA MARÍA JESÚS MEJUTO

OPINIÓN
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Creo que se lo debía a María Jesús Mejuto. Ahora después de la sentencia que le da la razón creo necesario poder decir algunas cosas.

 

María Jesús Mejuto, es una médico que nació en Alemania porque allí estaban sus padres en la España de la emigración. Hizo dos especialidades, medicina de familia y cirugía general y del aparato digestivo. Era cirujana en el Hospital de Mérida cuando le pedimos que aceptara la dirección del Hospital de Tierra de Barros y estaba allí cuando le pedí en 2007 que aceptara ser Consejera de Sanidad tras las elecciones de ese año. No era militante del PSOE aunque su compromiso con la sanidad pública era incuestionable.

 

Tras la salida del gobierno y la llegada del PP, comienza la caza de brujas y se prepara a conciencia la denominada “Operación Mejuto”. A pesar de que un sindicato recurrió el Tribunal de las oposiciones a las que se presentaría la Doctora Mejuto, el SES lo mantuvo por entender que no había ninguna incompatibilidad. La razón no era esa, aunque no la había, lo mantuvo porque ya estaba preparada la operación. Si superaba la oposición, y más si lo hacía con éxito, se tirarían a su cabeza para intentar ir contra la mía. No le hicieron daño por ser ella. A Carrón, a Monago, a Parejo, a Iván Redondo y compañía, María Jesús Mejuto no les importaba nada, no era ya política ni lo iba a volver a ser. Le hicieron daño porque el objetivo era hacérmelo a mí y se lo acabaron haciendo a su familia. Durante una semana anunciaron a bombo y platillo que tenían una bomba contra mí. Parejo llegó a decir que mi renuncia al aforamiento en aquellos días era para protegerme contra la bomba que venía. No importaba el daño moral, ni el honor, ni la fama, ni nada de lo que años después reivindicaron para sí mismos.

 

Te ruego me disculpes por el daño que te han hecho por mi culpa. Me alegro de que la sentencia te devuelva lo que Carrón, Parejo, Monago, Iván Redondo y compañía te quisieron  arrebatar. Y no es una plaza. Eres una gran cirujana y ese no sería el problema, es el honor. Supongo que en este tiempo habrás pensado mil veces que maldita la hora que aquel viernes de julio de 2007 mientras venías de Madrid de hacer un Máster cada semana, me cogiste el teléfono…

 

Hoy podía hablar de muchas cosas pero necesitaba decirte que te agradezco que lo cogieras y que me alegro de que un juez te devuelva lo que  te quisieron arrebatar aquellos que piensan que en la vida el fin siempre justifica los medios. Me alegro por tus padres y tus hijos, por tu marido, tu familia y tus amigos. Y también por ti.


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