ESPAÑA VOTA EN  LIBERTAD

 El próximo día 26 de los corrientes, una de las naciones más viejas de la tierra celebra su acto más democrático, acudiendo a sus elecciones generales, para elegir en libertad a quienes han de ser sus representantes en el Congreso de los Diputados y en el Senado.

 

La Constitución Española, que todos los españoles nos dimos en 1978, es “la ley de leyes” que ampara los derechos y las libertades de todos, fue el fruto de un gran pacto de todos los representantes políticos en aquellos difíciles años de la transición, en los que España estaba intentando  abrirse  al mejor periodo de su historia.Tengamos en cuenta que la libertad y la democracia sólo pueden ser posibles si hay instituciones que de manera efectiva las garantizan, y si se respeta la ley. Donde no se respeta la ley, los derechos de todos están amenazados y reina el abuso por parte de los más fuertes.

 

    La Constitución protege a las minorías e impide el abuso por parte de los gobernantes y las mayorías. Todos estamos obligados a obedecer y respetar la Constitución, también el Gobierno, el Parlamento, los Jueces y todos los ciudadanos y ciudadanas de este País.

 

 Sin polémicas interesadas surgidas al vaivén de acontecimientos marginales por perecederos, de los que es conveniente abstraerse, se hace preciso reflexionar con detenimiento sobre la nación que formamos todos y que está muy lejos de la caricatura en blanco y negro con la que pretenden identificarnos los partidarios de la secesión y la exclusión.

 

  Porque España, a la que la historia no siempre ha tratado bien, es hoy uno de los países más libres y abiertos del mundo desarrollado, con unas instituciones democráticas sólidas y una legislación garantista de las libertades individuales, que es ejemplo en el mundo. y solidaridad.

 

   Un país con una proyección exterior recobrada, presente en los foros internacionales, con empresas potentes y extendidas por todo el mundo, y que, una vez más, ha dado ejemplo de su seriedad y capacidad de sacrificio frente a las dificultades, pese a los agoreros que, prácticamente, habían descontado el rescate de nuestra economía y, con él, el desahucio de nuestra independencia financiera por parte de los mercados internacionales.

 

   Ésta es la nación, con todos los defectos que se quieran exponer –y a fe que son muchos–, que ahora celebra su fiesta más democrática, con normalidad, cada uno a su manera de entender, que es la demostración más palpable de una sociedad compuesta por ciudadanos libres e iguales ante la Ley, que han de acudir a depositar su voto porque quieren decidir su destino.

 

. .Las elecciones del 26 de junio son un cruce de caminos decisivo en la historia de nuestra democracia y en la de nuestras vidas. Estamos en la mayor encrucijada de nuestra historia contemporánea. El futuro de todos está en juego y también nuestra historia como gran nación. Los extremistas y los independentistas quieren cambiar 500 años de memoria compartida y tirar por la borda nuestra prosperidad democrática.

 

. La moderación necesita un voto fuerte, claro y cohesionado de una Nación en Libertad y en Paz,por la “convivencia frente a  rupturistas, radicales y antisistema”, podemos dar un salto adelante, o  ver cómo la  recuperación  se  frustra  ante  nuestros  ojos en  cuestión  de  meses  si  empezamos  a  desmontar  y  liquidar  todas  las  políticas  que  han  dado  resultado